Capítulo 1

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Mi plan de reunir a los mundos para que así el mio pudiera seguir existiendo es el plan menos ortodoxo y el menos seguro, pero es el único que está en mis posibilidades para salvarlos a todos.

Son cientos... No. Son millones de vidas las que dependen de mi, un universo completo confío su seguridad en mis ya cansados pero aún así tercos hombros y no puedo permitirme fallarles.

No después de que te falle a ti, han sido tan solo unas pocas semanas desde que me dejaste ir. Desde que aquella... Tú... Decidió que si alguien merecía volver a esta dimensión y completar la misión, debía ser yo.

No importa lo mucho que traté de oponerme y de ofrecerte más de mil elecciones, solo para que pudieras estar conmigo y me ayudaras a no derrumbarme una vez más. Y aun así decidiste que era mejor que siguiera solo, no se porque pensaste que eso iba a ser una buena idea pero ya es muy tarde para poderme oponer.

El curso del tiempo es igual de cruel aquí, más porque se siente a un paso más lento. Que hace que mis memorias contigo y con los demás, se sientan como caminar sobre el hierro al rojo vivo de las fraguas de la Catedral, es un dolor tan vivido que me hace imposible descansar un solo minuto, al menos eso hace que mi plan avance sin muchos contratiempos.

La frustración, la ira, la tristeza, la melancolía, son tantas las emociones que me tienen atorado en un limbo donde siento el corazón marchito, pero eso no hace que quiera detenerme. Quiero pensar que estas aun en algún lugar de la red, si pudiera encontrarte de nuevo harías que todo este absurdo plan valiera solo algo de pena.

El paso de los días me hacian perder la esperanza, todos los rastros digitales sin importancia, ninguno era si quiera parecido a ti y eso me está haciendo desear mandar todo al demonio.

O al menos así era hasta que mi corazón se había roto de nuevo, aun más si es que era posible hacerlo.

Una anomalía digital me trajo de vuelta a este mundo, el mundo que alguna vez me alabó y que ordene mantenerme en secreto si es que yo volvía, para ahorrarme el dolor.

Un viaje por las sombras siempre funcionó para despistar y escaparme de mis obligaciones y, en este caso, seguir esa anomalía sin que nadie fuera capaz de notarme.

Esa anomalía que residía en lo alto de la Catedral no debería ser algo que tuviera mi atención, sin embargo mi último atisbo de humanidad quería ir. Algo me decía que habría una sorpresa que significaría mi motivación. O mi derrumbe absoluto.

Unas pocas horas oculto en las sombras de los pasillos habían transcurrido. Nada parecía ser interesante para mí, ni siquiera el ver a Selka y las otras despertar de su largo sueño había sido interesante.

Estuve a punto de rendirme y salir de ahí hasta que finalmente, esa predicción de mi perdición se había cumplido.

Largos cabellos color caramelo, enormes, redondos y vivos ojos avellanos, tan hermosos como lo eran en mis sueños y en mis memorias, un cuerpo digno de llamarse perfecto y que alguna vez significaba para mí, la existencia misma.

Era ella.

Era mi reina.

Mi Star Queen

Mi Asuna.

La chica que alguna vez significó mi todo, mi otra mitad, estaba frente a mi, aunque claro, ella no podía verme, y aunque quise tratar de convencerme de que solo era una alucinación, la realidad me había golpeado como lo haría un puñetazo en el rostro.

Su rastro digital terminó por aclarar mis dudas, era ella, o al menos sabía que era la Asuna original.

Se que es ella, pero a la vez, ella no es mi Star Queen. Lo sé porque yo la había visto desaparecer ante mi, y aunque mi ya roto corazón lo sabía, el amor que yo le tuve me hacía rezar a todos los dioses que conocía que fuera ella mi dulce reina.

Estuve a punto de salir de mi escondite, y manifestarme ante ellos para poder abrazarla una vez más, sin embargo justo cuando había tomar el valor de salir algo me detuvo. Una voz.

Un grito.

De alguien que conocía muy bien.

Un grito de él

De mi otro yo.

Obligado a permanecer entre las sombras de los pasillos, no pude hacer más que observar a esa versión mia, esa versión que tuvo la suerte de revertir el tiempo, de salir de esta prisión de eternidad y que tiene la suerte de aun tener a su reina.

Mi marchito corazón sintió que moría de nuevo, sentí de nuevo que ese dolor volvía a mi cuando esa copia mía la abrazaba y le demostraba tanto amor.

Tanto que me repugnaba, que comencé a sentir náuseas y asco, y que me hizo querer salir y atacarlo hasta matarlo. Pero opte por infundirme en las sombras y salir del mundo, y volver al centro de la red donde llevaba a cabo mi plan.

No era justo, somos la misma persona, pasamos por lo mismo, vivimos casi lo mismo. Pero yo que hice aún más fui condenado a la vida eterna en este mundo digital y además sin poder hacer nada cuando ella me fue arrebatada.

Y él solo tuvo que olvidar, y aún así recibió todo lo bueno.

Él recibió los elogios

Él recibió la felicidad

Él la tiene a ella aún en sus brazos.

¿Y yo que tengo? Tener más de 200 años, solo, con mis recuerdos, atrapado en esta prisión virtual donde me dieron una tarea que yo no quería, donde yo debo pelear con todas mis fuerzas que me quedan solo para proteger a mi gente del mundo que me la arrebató.

¿Dónde se supone que eso es justo?

¿Por qué debo ser yo quien debe hacer esto?

¿Por qué no puedo ser él?

La ira me susurro al odio como un demonio, diciéndome que salga de la oscuridad y mate a mi copia, pero no debía hacerlo, aún no era tiempo. Aun tenía que terminar con mi plan.

No debo olvidar que los de su mundo podrían eliminarnos. Además seguramente si lo hago.

Ella lloraría.

Asi como estoy haciendo yo ahora.

Mi cordura y fuerzas comenzaban a desvanecerse en la oscuridad de este lugar, mis esperanzas de alguna vez volver a verla se extinguian como lo hace la flama de una vela. Inclusive mi ira se desvanecía como lo hacen la tinta en un papel.

Solo quiero que esto ya termine, deseo reunirme con ella.

O cambiar de lugar con él tan solo un solo día.

Desearía poder ser él.

I wish I could be he Donde viven las historias. Descúbrelo ahora