I wish I could be he

Capítulo 2

Han sido largas noches que me han atormentado desde aquel día que volví a verte, aunque tu a mi no me vieras.

Mi plan de la unión de los mundos avanzaba sin problemas gracias a la desesperación que tu aparición me provocó, así que de alguna manera es gracias a ti que el mundo digital que todos conocemos este cayéndose a pedazos a un paso más apresurado del que se preveía.

Puede que al final del día lo que me decías terminara siendo la verdad.

Juraste que yo lograría mi cometido de proteger a mi mundo de una vez por todas cuando yo avanzara solo.

Quizás solo es un método desesperado para que el plan avanzara tan rápido como lo hizo el tiempo que estuvimos juntos en este mundo.

Quizas todo fue un plan tuyo también porque sabias que cuando no tenía nada que perder tampoco había nada que me detuviera.

O tal vez solo es una patética excusa de mi deteriorada humanidad, en un intento desesperado por aferrarse a mi existencia, tratando de demostrarme a mi mismo que no soy como esa mujer que en su ambición por proteger a este mundo acabó cometiendo actos tan atroces.

¿Será que estoy volviéndome loco?

¿Es este mi castigo por querer ir siempre contra la marea?

Si tan solo estuvieras aquí una vez más, solo para lograr apaciguar mis miedos y poder convencerme de que mi descenso a la locura es solo algo que estoy inventandome por el miedo.

Pero no hay tiempo para martirizarme, no cuando el efecto domino ha comenzado y un mundo tras otro comienza a desaparecer y a mezclarse para algo nuevo, pero aún no es lo suficientemente perfecto o digno de ser anfitrión de mi mundo y su gente.

Mientras mis actos y los de esa persona continúan ocasionando un desastre detrás de otro, que muy seguramente ya han llamado la atención de ellos, era hora de hacer una parada de nuevo en el reino que no creí que significaria un tiro al azar, que podría significar una noche tranquila o una larga sesión de tortura emocional.

Cuando arribe a la Catedral era de noche, un manto nocturno que me traía tanta nostalgia y me hizo desconectarme de mis pesares unos cuantos minutos.

Quizás fue demasiado tiempo, cuando logre volver a mi realidad había una chica, la culpable indirecta de que toda esta revolución comenzara hace más de 200 años.

Alice.

No esperaba verla aquí otra vez.

— ¿Kirito? ¿Qué haces afuera? Creí que estabas adentro con Asuna y los demás—

Una mueca de molestia aparecio por unos instantes y eso hizo que Alice pareciera confundida. El doble y ella no se habían ido.

— oh, no es nada Alice, solo decidí salir un rato para tomar algo de aire, es un poco chocante volver después de todo —

Tenía que hacer algo para despistarla, y de preferencia hacer que no volviera adentro porque le dirá a los demás seguramente de mi existencia, antes de que pudiera decirme alguna otra cosa decidí adelantarme a entrar a la Catedral.

— Solo olvida que me viste acá afuera. No es muy importante —

No me detuve a ver su reacción, tenía mejores cosas que hacer que preocuparme por eso.

Una vez cruce las puertas de la Catedral ocupe mi truco de sombras de nuevo para poder moverme con la libertad que necesitaba para encontrarlos.

Con él poco tiempo que tenía logré encontrar sus huellas digitales en lo que alguna vez fue el jardín de las nubes. Ese piso que parecía ser lo único con tanto contacto con el exterior parecía ser un escenario perfecto para una pareja tan linda y asquerosa como lo eran ellos.

Ese doble mio, y esa doble de mi reina, parecían tener una conversación muy interesante, porque no le prestaban nada de atención a su entorno.

No pudieron ni siquiera darse cuenta de que yo había salido de mi escondite y que le acercaba a ellos. Motivado por mi tristeza y mi ira tarde en darme cuenta que había hecho aparecer mis espadas, en un intento por acabar con esa escena.

No puedo negarlo a estas alturas, estoy celoso, celoso de mi mismo. Esto suena como una paradoja pero esa es la verdad.

Verlos tan felices, sin ninguna preocupación o carga que fuera remotamente similar a la que tengo que cargar yo.

Me hace pensar en lo injusto que puede ser el destino, entre más esfuerzo pongo en mi plan más me siento lejos de la felicidad que jure que alcanzaría.

Cuando estaba a algunos pasos de ellos fue cuando recobre el control sobre mi cuerpo, aún no era el momento de acabar con el, no cuando aún hay peligros mayores que mis celos de mi... Creador, si se le puede llamar de alguna manera.

Antes de que mis demonios quisieran volver a convencerme de que debía continuar con la masacre. Tomé la decisión de salir de este mundo.

Saben cuidarse solos, antes de irnos habíamos dejado todo lo necesario para que pudieran seguir un tiempo más por su cuenta. Además de que si seguía aquí, viendo a esa pareja y viendo el que alguna vez fue el lugar favorito de la reina, seguramente lo que me queda de cordura vuelva a jugar a la cuerda floja y eso es algo que no puedo permitirme.

De vuelta en el centro de la red sin nada mejor que hacer más que ver el efecto dominó que esa persona y yo hemos realizado, pienso que quizás por fin, después de lo que he sentido como una eternidad de nuevo, puedo permitirme descansar un instante.

Después de todo, al menos aún puedo soñar contigo.

Aunque, ¿debería limitarme sólo a verte de lejos?