[Epílogo]

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Apenas llegaron al centro de investigación Jisoo le pidió de favor a sus amigos que por favor cuidaran a su hija que ahora mismo ya estaba dormida sobre los brazos de Taehyung.

Por como prácticamente Lisa se llevó a Jisoo cargando impaciente, ya todos suponían que iba a pasar. Seguramente Jisoo no se levantaría hasta en la tarde de lo agotada que quedaría.

—Propongo dormir en el nivel cero —dijo Taehyung—. Al menos ahí no escucharemos los gemidos de Jisoo.

Todos asintieron de acuerdo con él.

—Finalmente solas Kim Jisoo —ronroneó Lisa empujándola sobre la cama de esa pequeña habitación

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—Finalmente solas Kim Jisoo —ronroneó Lisa empujándola sobre la cama de esa pequeña habitación.

—Creí que estarías agotada después de pelear contra el meg —rió nerviosa.

—Descansé en el camino, además tenerte es algo que no he podido sacar de mi mente. Necesito hacerte mía, pero ya.

Jisoo sintió la mirada de la rubia oscurecer y eso la excitó aún más. ¿Cómo hacia Lisa para verse tan atractiva y sexy?

—Entonces hazme tuya, porque yo tampoco aguanto más.

La rubia sonrió caminando hacia ella, se sacó su playera y Jisoo sintió que estaba viendo una película donde el actor de sacaba de forma lenta y sensual su ropa por como Lisa lo estaba haciendo.

—Santo cielo, me da algo —suspiró ella también sacando su ropa.

Lisa también se sintió cautivada por lo perfecta que era Jisoo.

Su cuerpo era toda una obra de arte, pechos redondonditos y altos cubiertos por ese sostén negro con encaje, cintura delgada, abdomen plano y trasero voluminoso.

Prácticamente estaba babeando y devorándola simplemente con la mirada.

Vio que Jisoo iba a sacarse el sostén, pero la detuvo mientras se acostaba encima suyo y entrelazaban sus manos, después solo la besó antes de juntar sus frentes y mirarla intensamente.

—Me gustas demasiado Jisoo —acarició su mejilla y luego volvió a besarla mientras sus hábiles manos se deshacían por cuenta propia del sostén tan provocativo que usaba la azabache—. Eres tan hermosa... ¿Cómo lo haces?

Jisoo jadeó, y solo bastó con que la rubia la volviera a besar con profundidad que la dejara hacer lo que quisiera con ella.

Las fuertes manos de la rubia atraparon los pechos de Jisoo amasándolos con mucha exquisitez, tanto para la azabache, como para Lisa que se sentía atrapada por esos dulces gemidos y suspiros que le sacaba.

Después llevó su boca a uno de sus pezones endurecidos por la excitación, luego los chupó como un bebé hambriento y ansioso.

La azabache se arqueó de espalda ante las sensaciones tan placenteras que le estaba transmitiendo con su simple lengua.

En lo profundo | LisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora