Después de la lluvia viene la calma...
Corrección.
Después de la lluvia viene la tormenta.
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Tres años después de haber atrapado al asesino serial que conmocionó a toda Corea del Sur, Park Jimin teniente de la estación de policía de Seúl, rec...
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15 de agosto del 2023. Hospital forense. Seúl, Corea del Sur.
El teniente Park junto a sus dos detectives esperaban pacientemente a la familia de la víctima para que reconocieran el cuerpo y autorizaran la autopsia. Gracias a la cartera que encontraron, el detective Choi pudo investigar fácilmente su identidad y encontrar a su esposa.
Mientras que que Wosik y Minkyu se encontraban en una partida intensa de piedra, papel y tijera, Jimin pudo visualizar a una mujer que parecía estar insegura de encontrarse ahí. Habló con una enfermera y ella inmediatamente señaló en dirección de los oficiales, la mujer se acercó a ellos a paso precavido.
Park dio un ligero golpe en el brazo de Kim para que detuvieran su juego y se levantaran. Los tres hombres se pusieron de pie e hicieron una reverencia, la señora habló con un poco de miedo.
—¿Ustedes encontraron a mi esposo? —evitó el contacto visual.
—¿Su esposo era Oh Jihyung? —cuestionó Park, la mujer asintió. —Por favor, acompáñenos.
La guiaron hasta la sala donde tenían el cuerpo listo y cubierto con una sábana. Jimin le envió un rápido mensaje al doctor Kim para avisarle que la esposa había llegado y él tenía que estar presente.
Antes de entrar en la habitación, esperaron por un par de minutos a que Seokjin apareciera y justo cuando lo vieron acercarse casi corriendo por aquel largo pasillo lo saludaron con una reverencia y juntos entraron por fin a la sala.
Jin se acercó a la mesa donde se encontraba postrado el cadáver, la señora iba un par de pasos detrás de él y los detectives mantuvieron la distancia.
El doctor Kim retiró con lentitud la sábana que cubría el rostro de la víctima esperando que la señora no rompiera en llanto al ver a su marido en el estado en el que se encontraba. Sin embargo, todos los hombres presente se llevaron una gran sorpresa cuando notaron que la mujer no lloraba y en su lugar se partía de la risa.
—Maldito desgraciado —suspiró con mucha tranquilidad. —Esto es lo que te merecías.
—Contexto —susurró Wosik mientras veían confundidos la escena.
—Te la comes sin pretexto —respondió Minkyu intentando ocultar una risa, esos dos se llevaban tan bien que no podían evitar hacerse bromas incluso en el horario laboral.
—Callense los dos —Jimin los regañó y se acercó a la mujer. —Disculpe, ¿Puedo preguntar por qué se ríe?
—Perdónenme, sé que se muy desconsiderado e irrespetuoso reírme de un momento así —se disculpó con una reverencia. —Pero es que ahora me siento en paz, este hijo de perra nos hacía la vida imposible a mí y a mis hijos, el maltrato era tan horrible que incluso intentamos escapar pero él lo impidió.
—¿Por qué no lo denunció?
—No podía, nos encerró en la casa, nos trataba como si fuéramos perros, pero ahora que está muerto seremos libres.
