Después de la lluvia viene la calma...
Corrección.
Después de la lluvia viene la tormenta.
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Tres años después de haber atrapado al asesino serial que conmocionó a toda Corea del Sur, Park Jimin teniente de la estación de policía de Seúl, rec...
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20 de agosto de 2023. Estacionamiento HongDae. Seúl, Corea del Sur.
Mientras Jimin y Minkyu revisaban la escena donde se había encontrado el cuerpo, los forenses trabajan arduamente para sacar a la víctima del contenedor de basura sin dañar cualquier dato que pudiera ser útil para su investigación.
De pronto un tono de llamada muy feliz, alegre y un tanto infantil se hizo presente, Park miró a su compañero con rareza pues no esperaba que alguien tan "varonil" como Minkyu tuviese un tono de llamada digno de un niño.
—¿Qué pasa, Wosik? —contestó avergonzado.
—¿Estás con el teniente? —preguntó al otro lado de la línea.
—Encontramos el cuerpo de un hombre, parece ser que tiene reiteradas marcas de cigarrillos a lo largo de brazos y piernas, su cuello fue previamente estrangulado con un hilo de sedal que un está atado a él y por lo que veo el asesino tuvo demasiado coraje pues le llegó a cortar la piel de esa área —explicó.
—¿Hay algo más?
—Mucho más —comenzaron a llegar algunas fotografías al teléfono de Minkyu y tanto él como el teniente las vieron sin cortar la llamada.
En las fotos enviadas por Choi apareció la imagen de un hombre con las descripciones que les habían dado previamente, además de que se encontraba desnudo, tenía las manos y los pies atados con una soga. Se podía apreciar el hilo de sedal en su cuello y las marcas que había dejado. Lo más perturbador era que el miembro de la víctima había sido cortado y colocado en su boca de tal forma que pareciera que lo estaba chupando.
Entre las imágenes enviadas también se encontraba una que abarcaba toda la escena, se trabata de un viejo negocio de prostitutas ilegal el cual la policía había cerrado anteriormente pero corrían los rumores de que muy pocos lo seguían utilizando para contratar servicios muy poco conocidos para no llamar la atención de nadie.
Junto al cuerpo se encontraba un zapato escolar, del tamaño perfecto para una estudiante de secundaria de catorce años aproximadamente y en la zapatilla estaba amarrado un cordel el cual sujetaba el globo rojo que comenzaba a identificar al asesino.
—Wosik, diles a los forenses que verifiquen el interior del globo —ordenó Park.
—Es similar al que encontramos en el caso de Oh Jihyung, ¿tendrá algo que ver? —Choi preguntó muy inocentemente.
—No tienes ni idea —añadió Minkyu.
—Todo indica que estamos tras las huellas de un nuevo asesino serial —pronunció el teniente con seriedad.
