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Bajo la poca luz que brindaba un sol apenas visible, Iris tomaba camino a la estación de tren; Era extraño verla tan llena, desde hace cinco años el mundo se había vuelto desolado, y de la nada todo volvió a la normalidad como si nada hubiese pasado.

Abrió la puerta de la tienda y se adentró a esta, adaptandose a la calidez del interior.

-Es un poco tarde- Musitó Gary, el vendedor un hombre alrededor de los cincuenta, quién conocía a la chica desde hace mucho

-Lo sé es que... Todo es algo tenso en la aldea

-Crei que te haría feliz que todos los que se fueron regresaran

-Lo estoy, pero desde que se enteraron que Rose murió no han dejado el luto, eso me hace sentir cómo hace un año cuando acababa de morir y no quiero estar así

Un silencio se hizo en el lugar que sólo se llenaba con el sonido de la televisión. Era mejor estar en esa pequeña tienda que en su hogar, Rose fue una mujer mayor que se encargó de cuidar a todos en la aldea, era como una madre para Iris, había muerto hace un año y no necesitaba que se lo recordaran.

Algo llamó su atención, en el noticiero hablaban sobre la muerte de Tony Stark. Tony Stark- sonó en la mente de la chica, le era imposible no pensar en Wanda. ¿Qué habrá sido de ella?

-Me cuesta pensar en tí aquí, cuando tu familia te necesita. Esto no es por Rose hay algo más ¿No?

-Solo cuestiono mi vida ¿Tú no lo haces de vez en cuando?

-Es un lujo que no me puedo dar

-He pensado mucho en... Regresar a la ciudad

-¿Qué te ha llevado a tomar esa decisión?

- Sólo miranos, aislados del mundo cómo si fueramos unos ermitaños, el único contacto que tenemos con el exterior es esta pequeña tienda

-Se supone que esa era la idea, aislarse de los males del mundo en las Hojas Blancas

-Eran tiempos diferentes, desde que los vengadores echaron a Hydra de Sokovia el lugar se ha vuelto más seguro, la ciudad ha sido reconstruida desde el ataque de Ultron

-De todos modos, sabes que Sokovia siempre ha sido un lugar conflictivo

-No podemos escondernos siempre, al menos yo no quiero

El teléfono fijo sonó dando a la conversación una pausa, Iris se volteó a la ventana, estaba por anochecer, cabalgar de noche no era una buena opción, era otra cosa que la tenía fastidiada, se sentía atrapada con la vida que escogió para mantenerse segura.

-Iris - Gary la llamó y le extendió la bocina del teléfono, lo tomó sin expresión alguna, cualquier asunto con la aldea y sus habitantes siempre lo atendía ella, después de Rose, Iris era la segunda al mando y ahora que la mayor no estaba, la chica cargaba con toda la presión.

Gary la observó de reojo y pudo notar cómo se tensaba, apreto ligeramente su mandíbula intentando mantener su cara serena, si él no la conociera tan bien podría jurar que estaba tranquila, pero algo no iba bien. Una vez que esta colgó le preguntó que pasaba.

-Al parecer mis deseos se cumplieron, debo salir por unos días

-¿Por...?

-No estoy muy segura pero tiene que ver con alguien que conocí hace un tiempo.

Salió del lugar cabalgando de regreso a la aldea, pensando en lo que escuchó en la llamada, Wanda secuestró a un pueblo, no podía ser cierto. Recordaba cuando conoció a Wanda, la primera vez que la conoció; estaba perdida en la montaña, sonrojada por el frío, observando el lugar totalmente desorientada, cuando Iris la vió le recordó a un conejito asustado.



-

Pietro....


Era la única palabra que había mencionado en un buen rato una joven Wanda Maximoff. Llevaba días buscando a su hermano, unos hombres se lo iban llevado, y Wanda no sabía el porqué, ella sólo quería rescatarlo pero no pensó que se perdería en el intento.

Sus piernas no pudieron más y la hicieron caer, ya no podía seguir más, estaba cansada, hambrienta y moría de frío. No quiero terminar de esta forma, se repetía intentando inutilmente de encontrar fuerza.

Si alguien le preguntara a Wanda que fue lo que ocurrió ese día cuando estuvo a punto de morir, ella respondería con un simple No lo recuerdo muy bien. Sabía que había sido salvada pero ni siquiera recordaba el momento exacto en que lo hicieron.

-Mira, es muy bonita ¿No lo crees? La encontré desmayada- Es lo que apenas recordaba, una voz femenina, una voz suave que la relajó en el mismo instante en que apenas la escuchó.

The white leaves || Wanda MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora