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Tiro la nota encima de la mesa que hay en el salón, paso mi mano por mis mejillas retirando las lágrimas que se deslizan por estas. Sabía que no iba a ser fácil convivir con mi hermano pero no me esperaba que huyera de su propio hogar por mi culpa.

Después de hacer un tour por toda la casa, me pongo a deshacer la maleta y ordenar todas mis cosas en la que va a ser mi habitación por unos meses. Es acogedora, las paredes son de color gris a juego con las del resto de la casa. En el lado derecho hay un escritorio blanco y una gran estantería para poner todos los libros que me he traído, eso me alegra. ¿Recordará qué me gusta leer?. Al lado contrario se encuentra un armario inmenso, mi ropa no ocupa ni la mitad de la capacidad que tiene. La cama es de matrimonio tiene una funda nórdica blanca de corazones grises y cojines rosas, parece muy cómoda. Encima de ella veo un sobre con mi nombre, sin duda esta es mi habitación y el sobre me lo ha dejado mi querido hermano.

"Esta es una tarjeta para ti, puedes comprar lo que quieras con ella. Mañana a las 7:00 de la mañana irá Silvia. Guille"

Muevo las cortinas para ver  las vistas que tengo sentada en la cama, puedo contemplar la ciudad, suspiro pensando en que estaré aquí seis meses y volveré a mi vida real.

Releo la nota pensativa. Bueno, por lo menos tengo dinero para comprar lo necesario para sobrevivir. Quién es Silvia ¿su novia? ¿su compañera de piso? Estoy empezando a odiar las malditas notas que me deja mi hermano, no me da toda la información que necesito saber pero espero no encontrarme más por casa.

Después de darme una ducha, en el enorme baño que hay en mi habitación, me dirijo a la cocina con la esperanza de encontrar algo para comer. Cada parte de la casa me deja más atónita no me imagine que mi hermano tuviera tan buen gusto decorativo. Aunque pensándolo bien, mi hermano es un autentico desconocido para mí en este momento. Hacía unos ocho años que no nos veíamos y hablábamos. Me gustaría saber el motivo que le llevo a distanciarse tanto de mí y de nuestros padres. Intentaré preguntarle cuando vuelva, espero que no se lo tome a malas, necesito comprender el por qué, ya no soy una niña y debe entender que tengo preguntas, a las cuales, solo él puede contestar.

Para mi sorpresa en el frigorífico hay un montón de tuppers con todo tipo de comida. Menos mal que mi queridísimo hermano ha pensado que tengo que comer para no morirme de hambre. Con esto podré comer durante toda la semana sin ningún problema, luego iré a comprar y me prepararé mi propia comida. Después de ver todo lo que hay cojo unos macarrones con atún. No he comido nada en todo el día por lo que devoro la comida en menos de lo esperado.

Cuando estoy a punto de recoger el plato y el vaso que he utilizado para meterlo en el lavavajillas, me empieza a sonar el teléfono móvil, es una llamada de mi madre. No podía ser más oportuna.

- ¡Hija! ¿Qué tal has llegado?

- Hola mamá estoy bien, no he tardado mucho en llegar hasta casa de Guille.

- ¿Cómo?- dice mi madre sorprendida- ¿No te ha ido a buscar a la estación?

- Eh - dudo en contestar unos segundos, sé que se va a preocupar - No podía venir. Pero me ha preparado la habitación y me ha dejado un montón de comida en la nevera.

- Ahora mismo le voy a llamar...- empieza a decir medio gritando.

- No creo que tarde en llegar mamá, seguro que viene en un par de horas. No te preocupes- miento.

Después de una larga charla en la que mi madre, me cuenta cómo les ha ido su viaje, las cosas que han hecho al llegar a Los Ángeles y haberme prometido en repetidas veces que volverán lo antes posible; me voy a mi habitación. No me gusta estar en una casa extraña yo sola aunque me gusta soledad y tranquilidad.

Enciendo mi ordenador portátil para buscar todo lo que pueda necesitar sobre mi nuevo instituto. Las clases empiezan mañana, necesito estar preparada. Después de dos horas buscando como llegar, los horarios y ver fotos para reconocer el edificio, apago el portátil.

Ya es de noche cuando la pantalla de mi móvil se ilumina. Dejo el manga encima de una de las mesillas de noche y miro la hora, las 22:15. Abro el mensaje que me acaba de llegar.

-  Te echo de menos.- Sonrío al leer el mensaje en voz alta y noto como mi corazón se acelera.

-  Yo también te echo de menos, en unos meses volveré.- escribo nerviosa.

-  Lo sé. Llámame pronto.

-  Te lo prometo.- Guardo el móvil en mi bolsillo con una sonrisa en mis labios, me encamino a la cocina a cenar algo y coger un vaso de agua antes de volver a mi habitación.

Cuando termino de leer el manga lo dejo en la estantería, no he traído muchos libros ni mangas pero siempre puedo ir a alguna librería comprar alguno o leer por internet como estoy acostumbrada a hacer.

Cuando me tumbo en la cama mis ojos se dirigen a mirar por la ventana, solo se ve la luna. Por la contaminación lumínica de la ciudad no se puede ver las estrellas muy bien. Empiezo a pensar en todo lo que deje al venir aquí, sé que es algo temporal pero no me gusta estar separada de mis amigos y mis padres. Una lagrima empezó a descender otra vez por mis mejillas. He perdido la cuenta de las veces que he llorado por la estúpida decisión de mis padres. Para ellos fue la mejor decisión, en cambio, para mí la peor que podían haber tomado.

Según ellos no era bueno que una adolescente de casi diecisiete años estuviera seis meses sola en su casa, era mejor mandarme con mi hermano mayor para que hiciera de "niñera". Saben que soy una chica responsable que no se metía en líos como el resto pero no pude convencerles de ninguna manera. Mis padres se fueron porque a mi madre es una de las mejores cirujanas cardio pediátricas del país y le dieron la oportunidad de participar en una investigación de prestigio mundial en Los Ángeles. Podían haberme llevado con ellos pero no lo creyeron oportuno y aquí estoy. En una ciudad lejos de casa, en una casa desconocida y sola. ¿Irónico no?

Espero que mi hermano se digne a volver pronto, si no quiere que me quede con él debería de haberlo dicho en su momento. Sé que soy un estorbo para él, que ya tiene su vida y que yo no entraba en sus planes pero no por ello tiene que ignorarme. Aunque cabe la posibilidad de que no esté aquí por su trabajo pero ¿qué trabajo podría tener para no pasar la noche en su propia casa?. Pienso en miles de escenarios posibles para intentar excusar su comportamiento ya que alguna vez fue mi héroe pero no puedo. A lo largo de los años lo había intentado pero siempre llegaba a la misma conclusión, yo no soy una persona importante en su vida. Por eso, se olvido de mí y de mi existencia.

Intente no pensar más en Guille y enfocar mis pensamientos en que mañana empezaría el instituto y con ello una nueva etapa en mi vida. No recuerdo el momento exacto en el que mis ojos se empezaron a cerrar  dejándome en un profundo sueño.

Huyendo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora