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Me despierto sobresaltada al escuchar la alarma de mi móvil. Son las 6:00 de la mañana, un poco pronto para empezar el día, pero no sé cuánto tiempo tardaré en llegar al instituto. Me doy una ducha rápida antes de vestirme e ir a preparar mi desayuno.

Me pongo una camiseta rosa palo, un pantalón corto y unas converse a juego con la camiseta. Decido hacerme una coleta alta, mi pelo rubio cenizo es demasiado largo. Aunque me queda bien suelto, prefiero llevarlo recogido, es más cómodo. Me pongo un poco de maquillaje y guardo el brillo de labios en el bolsillo.

Cuando estoy preparándome el desayuno y el almuerzo para el instituto alguien llama a la puerta, lo que hace que dé un respingo en la silla. Me dirijo hacia la puerta, y veo a través de la mirilla una señora. Decido abrir la puerta para saber quién es y qué quiere.

- Hola querida, eres Lena ¿verdad?- me dice la señora, de mediana edad. Es mucho más alta que yo, aunque para eso no hace falta mucho ya que mi metro cincuenta y ocho no es difícil de superar. Aunque tampoco es difícil superar mi bronceado, su moreno natural destaca nada más verla. Lleva una especie de traje gris y el pelo recogido en un moño, con algunas canas por la edad.

- Hola- digo sonriendo- sí, tú eres Silvia ¿no?.

- Sí. Soy Silvia, la asistente personal de tu hermano- dice entrando al apartamento.- Guillermo me ha mandado a cuidarte mientras que esté de viaje.

¿Asistente personal? ¿Mi hermano tiene una asistente personal? Parece que no estaré sola después de todo, aunque no me hace gracia tener una niñera.

Antes de continuar con la conversación, me voy a mi habitación a coger la mochila y ponerme el brillo de labios. La parte positiva de haber conocido a Silvia es que la puedo preguntar cuál es el camino más corto para llegar al instituto.

-Silvia- la llamo acercándome a ella- ¿Sabes dónde está el instituto Las Rosas?.

- Por supuesto mi niña, Guillermo me ha dado la dirección para que te acompañe y comprobar que todos los papeles están bien.

Asiento no muy conforme, no soy una niña pequeña que tengan que acompañar al colegio, en dos meses cumpliré diecisiete años.

- Toma Lena- me extiende un par de tarjetas- es la tarjeta con el número de teléfono del chófer de tu hermano y la tarjeta de transporte público.

- ¿Mi hermano tiene un chófer?- pregunto incrédula.

- Por supuesto mi niña, aunque solo lo utiliza en ocasiones.- delante de nosotras para un Audi A8 negro.- Tu hermano le avisó ayer.

Me monto en la parte de atrás después de saludar al conductor y decirme su nombre, Damián. Es un chico de unos treinta y cinco años, moreno con barba de unos tres días bien arreglada.

Durante el camino al instituto me pongo los cascos y escribo a Zoe, que llevo días sin hablar con ella.

- ¡Corazón! Llegué sana y salva, pero adivina a quién no he visto y no está en casa.

- ¡Coraprincess!- me saca una pequeña sonrisa, puedo oír en mi cabeza su voz. - No me jodas, tu hermano es gilipollas.

- Estoy enfadada con él, mis padres querían que viniera aquí para que no estuviera sola y mira...

- ¿Por qué no les dices a tus padres que quieres volver?- suspiro mirando por la ventana.

- Intenté convencerles de que venir era una mala idea. Llevo años sin ver a mi hermano y no me hicieron caso.

- Lo sé nena. Piensa que solo serán unos meses y volverás.

- Ya, pero quiero irme ya. ¿Te puedes creer que mi hermano tiene un chófer y una asistente personal?

-¡¿Qué?!

- Sí tía, encima le ha encargado a su asistente que sea mi niñera, parezco una niña.

- ¿Me estás vacilando verdad?

- Estoy de camino al instituto con ellos en un coche de alta gama.

- ¿En qué trabaja tu hermano?

- No tengo ni puta idea pero tendrías que ver el apartamento en el que vive...

- Estoy flipando... ¿Tu hermano es rico?

- No lo sé, pero también me ha dejado una tarjeta de crédito. No lo entiendo.

- Llámale, habla con él, es lo único que te puedo aconsejar.

- Lo intentaré.- vuelvo a suspirar. Sé que no va a contestar mi llamada. -¿Qué tal en la uni?- pregunto cambiando de tema.

Zoe es dos años mayor que yo, hace una semana se mudó de ciudad. Le aceptaron en una de las mejores universidades del país. Estoy segura de que mi amiga va a ser una de las mejores abogadas del mundo y estoy feliz de ver cómo sus sueños se van cumpliendo.

- ¡Bien! La verdad es que me está gustando, algún profesor es un poco amargado y nos están poniendo muchos trabajos aunque acabemos de empezar. Pero bueno... El viernes tengo una fiesta para los de primero para que conozcamos gente nueva.

- Me alegro, espero poder ir a verte algún día. Recuerda no emborracharte mucho ehh.

- Estamos a 108 kilómetros. En una o dos horas estoy allí si me necesitas o puedes venir tú y hacer fiesta de pijamas. Y Tranquila, no beberé mucho.- Sonrío al recordar que lo único bueno de estar aquí es que estoy un poco más cerca de Zoe. Si estuviera en mi casa nos separarían más de 400 kilómetros.

- Lena- me llama Silvia sacándome de mi mundo.- Hemos llegado.

Le envío un mensaje a Zoe diciéndole que ya he llegado al instituto y que la llamaré para contarle mi primer día en el instituto.

Al mirar desde fuera el instituto, mi intuición me dice que por dentro va a ser demasiado grande. Y, efectivamente, el instituto es enorme, sé que me voy a perder por los pasillos los primeros días.

- Primero vamos a hablar con la directora y que te lleven a tu clase.- Asiento y sigo a Silvia.

Todos me miran y hablan entre ellos. Soy la chica nueva, lo sé, pero no me gusta que estén hablando de mí. Espero que en un par de días se olviden que existo, prefiero pasar desapercibida y no llamar la atención.

Después de una pequeña charla con la directora, me guían hasta mi nueva clase. Todos me miran, otra vez, mientras me  dirijo a uno de los únicos asientos libres que hay en segunda fila. Respiro hondo y me preparo para las seis horas que me esperan de clase.

Casi en un abrir y cerrar de ojos han pasado las tres primeras horas de clase, no han sido tan pesadas como me imaginaba y los profesores parecen simpáticos.

No he hablado ni interactuado con ninguno de mis compañeros, tampoco ellos se han acercado a mí por lo que no le doy importancia. El timbre suena y con ello, todo el mundo empieza a recoger sus cosas y a salir de clase.

Cuando estoy a punto de salir de clase noto como a la chica que se sienta delante de mí se le cae algo.

- Perdona- llamo su atención y se gira- Se te ha caído el manga.

- Gracias- me dedica una sonrisa- es uno de mis favoritos.

- Yo vi el anime.

- Me llamo Alishon- me dice guardándolo en su mochila.

- Yo soy Lena.- le digo mientras salgo por la puerta.

- ¿Quieres que vayamos juntas a la cafetería?

Huyendo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora