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A pesar de todos los años que habían pasado, la brillante sonrisa de Mingyu no había cambiado. Por un momento, debatí internamente si debería actuar como si fuera mi primera vez viéndolo, o decir la verdad y saludarlo con naturalidad. Pero él se me adelantó, no con la familiaridad que esperaba.

- Jeon, cuanto tiempo.

- ¿Ya se conocen?

- Somos amigos desde el instituto, pero no nos vemos desde la graduación...

- ¡Qué bien te lo tenías guardado, Wonwoo! No sabía que el as de mi empresa se llevaba bien con el as de WORLD. A lo mejor podríamos haberle seducido para que se viniera a trabajar con nosotros.

Mi jefe, como era ya costumbre, apoyó su mano en mi hombro. No era muy fan del contacto físico con personas con las que no tuviera apego, pero le restaba importancia sabiendo que mi jefe solo hacía eso para denotar mayor cercanía entre nosotros. Había estado mirando directamente al hombre mientras hablaba – mis padres habiéndome inculcado estrictamente esto – pero pude notar como un par de ojos me observaban atentamente.

Mingyu miraba directamente la mano en mi hombro. No pude evitar que mi corazón se volviera cálido pensando que aún recordaba bien qué no me gustaba. Moví ligeramente mi hombro para zafarme del agarre de mi superior – intentando que la acción fuera lo más natural posible para evitar dejar mal al hombre – lo que hizo que Mingyu devolviera su atención a la conversación que estaba teniendo lugar.

- ¿Te crees que te lo hubiera permitido? No pienso dejar que mi mejor trabajador se vaya a una empresa de segunda como la tuya. ¿Verdad, Mingyu? – el mencionado no respondió, sus ojos habían vuelto a hacer el camino que lo llevó hasta mi – ¿Mingyu?

– ¿Ah? Oh, sí, tiene razón.

El ceo de WORLD estalló en risas ante el enfado de mi propio jefe, quien se dispuso a alardear de las cifras que nuestra empresa había conseguido el año pasado, las cuales fueron fructíferas después de que Sonyeondan hiciera una primera inversión fallida. Esto definitivamente había vuelto para mordernos en el trasero. El jefe de Kim entró a la pelea, pavoneando los prospectos que sus analistas habían predicho para este año, siendo bien favorables.

Tanto Mingyu como yo no pronunciamos palabra, dejando que los dos hombres acabaran su batalla de egos por sí solos. A pesar de los nervios, me permití observar de reojo a Mingyu, intentando ser lo más discreto posible, pero él ya me observaba con atención, sonriendo al notar como nuestras miradas se cruzaban. Volví a enfocar mi mirada al frente y pude notar como Mingyu se acercó a mí para poder susurrarme algo, pero el sonido conjunto de pasos nos hizo separarnos.

- Bienvenidos, empleados de Mansae, empleados de WORLD, los hemos reunido para delegarles una noticia importante. Por favor, tomen asiento.

La sala, más que de reuniones, era para hacer presentaciones y/o exhibiciones. Los asientos estaban simulando un anfiteatro, por lo que me dispuse a sentarme en la primera fila, en el extremo derecho. Tan pronto me senté, Mingyu se posicionó a mi lado. Si alguien me preguntara qué estaba pensando en aquel momento, respondería que mi mente estaba ocupada deliberando si Mingyu tendría las mismas ganas de besarme ahí y ahora que las que tenía yo de besarlo a él.

La noticia de la alianza entre Mansae y WORLD no fue una sorpresa dada la reciente popularidad de Sonyeondan, pero le gente pensaba que el acuerdo trataría más el aspecto económico, pero la propuesta de los dos ceos parecía formular una posible unión completa ente las dos empresas, aunque fuera de manera temporal, había hecho que la mayoría abriera los ojos como platos debido a la sorpresa.

Una unión así llamaría la atención de la prensa al instante, por lo que mi cabeza empezó a doler al pensar en todo el trabajo que nos esperaba. No era que estuviéramos libres antes de esto, pero un evento de tal tamaño acabaría afectando a todos y cada uno de nosotros, pero si era lo necesario para hacer que ambas empresas no se desmoronaran, que así sea.

Again, my paradise Donde viven las historias. Descúbrelo ahora