Un amor de niños interrumpido por una tragedia, el destino los reúne años después, pero uno de ellos ya no es el mismo, ya no era un niño inocente, una vida difícil hace cambiar a cualquiera, y lo demostró con la persona que menos lo merecía, con su...
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El pequeño rubio mencionado miraba al extraño hombre que se había acercado a él tan rápido y llegó a pensar incluso que lo iban a secuestrar, una mirada extrañada de arriba a abajo al pelinegro que lo veía con una sonrisa emocionada como si su cara fuese un circo
- Soy Jungkook! Solíamos vivir en el mismo vecindario. Tu madre y la mía eran muy amigas, ¿Recuerdas? Tu madre te llevaba a mi casa todas las tardes a jugar
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Jimin le escuchaba con atención y analizaba todo lo que decía tratando de recordar
- ¡Kookie!
Minutos antes:
Jungkook miraba aburrido al rededor, como las personascruzaban la calle, esperando que el malditosemáforo cambiara a verde, no es que muriera por llegar al lugar a donde se dirigía, pero si no llegaba pronto quizá muriera literalmente. Bufó aburrido, hasta que su mirada se percató de unos labios abultados, teniendo sus ojos mejor memoria que su mente, no apartó la vista hasta reunir suficiente información para darse cuenta de lo que su subconsciente trataba de decirle. Esos labios abultados en un puchero, ese traserodefinido, ese tamaño recortado y esa peculiar forma de caminar viendo el suelo como si tuviera miedo de ver el rostro de las personas al rededor. Definitivamente le era demasiado conocido todo como para no tomarse la molestia de aparcar el auto rápidamente cerca de la senda por donde iba el chico y acercarse a él llamando su atención del que iba casi corriendo sujetando un sencillo portafolios
El menor saltó sobre Jeon abrazando a este que felizmente correspondió
- Kookie cuanto has crecido, ¿Cómo has estado? No sabía nada de ti desde que tus padres... Bueno... - Apenado separándose del abrazo mirando al suelo avergonzado por sacar el tema de conversación
