Otro día en los laboratorios inclinada sobre un microscopio. Fue su vida durante los últimos 3 años desde que se convirtió en directora de Luthor Corp. Solía ser el trabajo de sus sueños, con infinitas posibilidades y todos los objetivos de ensueño para curar el cáncer o avanzar en la IA. La realidad era dura, amarga y Lena se sentía aplastada cada día que pasaba en la empresa de su familia. Lo que algún día sería su legado. Con suerte, nunca, pensó.
Su asistente Jess llegó a toda prisa, con las mejillas rojas.
"Señorita Luthor, el la está esperando en su oficina". Lena suspiró. Mirando a Jess, sabia de quien se trataba, iba a regañarla frente a hombres privilegiados o aumentar su ego menospreciando su trabajo. Esta última era la elección preferida de Lex últimamente.
"Está bien Jess, gracias."
Terminó su trabajo y se dirigió al despacho de su hermano mayor arrastrando los pies. Estaba singularmente silencioso, normalmente Lex o Lillian se libraban de la atención de sus secuaces. Ominoso, pensó. Llamó a la puerta y entró. La habitación estaba a oscuras y Lex estaba sentado detrás de su escritorio, de espaldas a Lena.
"He oído que querías verme".
Ella estaba impaciente, tenía muchas cosas que hacer en su laboratorio así que prefería que lo que fuera que su hermano quisiera hacerle pasara de inmediato.
"No tengo tiempo para jugar a nuestros juegos habituales Lex, así que dime qué es eso de lo que querías hablar".
Se giró para mirar a Lena, y a ella le recorrió un escalofrío por la sonrisa malvada de su cara.
"Siempre fuiste una pequeña omega rebelde, ¿no es así querida hermana?"
¿Era? Ella mantuvo su gélida fachada.
"Ya que me recordaste mi lugar en este maldito mundo vuelvo a mi trabajo Lex, que tengas una buena noche". Se dio vuelta para salir de la oficina pero la risa siniestra de Lex la detuvo.
"Bien Lena, no tengo mucho tiempo así que seré breve".
Se levantó y fue a encarar directamente a Lena. Puso las manos sobre los hombros de Lena, agarrándola con firmeza. Tenía un brillo malicioso en los ojos, Lena se sintió congelada de miedo por lo que vendría a continuación.
"Después de todos estos años ahora tienes la oportunidad de volverte muy poderosa mi querida hermana, ahora por fin puedes serme útil, a nuestra familia".
Lena intentó no temblar bajo sus manos.
"Sabes cuánto desprecio a esas criaturas, a esos alienígenas que se creen dioses entre nosotros. Estaba intentando deshacerme de ellos, intentando salvar a la humanidad, pero entonces pensé ¿habrá una forma más fácil? ¿Recuerdas la historia de la caída de Troya? Los griegos usaron un caballo de madera para engañar a los troyanos, el infame caballo de Troya. Ahora tú serás mi pequeño caballo de Troya para las plagas kryptonianas". Lena respiraba agitadamente, su mente no lograba procesar lo que Lex decía.
"¿Qué quieres decir Lex?" Le tembló la voz y Lex sonrió ampliamente ante la angustiada figura de su hermana.
"He arreglado un matrimonio entre tú y la coronada princesa de Krypton, Kara Zor-El querida hermana. Serás su compañera y parirás a sus cachorros, luego me ayudarás a destruirlos desde dentro". Lena sintió que las piernas le cedían, se esforzaba mucho por no derrumbarse.
¿Matrimonio? ¿Casarse? ¿Con un kryptoniano? ¿Qué coño estaba pasando?
Lex la soltó de los brazos y Lena tropezó, tratando de encontrar una superficie donde apoyarse. Sí, Lex era cruel, malvado y despiadado pero seguro que no lo haría...
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It all starts when stars align... We fall in love {{SuperCorp}}
Random"¿Qué es exactamente lo que quieres que haga? ¿Dejar que un kryptoniano me anude, me embarace?" Escupió, y la idea de ser anudada por el ser más poderoso de la tierra le puso la piel de gallina. "Sí Lena, quiero que te anude para embarazarte y darte...