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Capítulo Final

"Lor, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? No debes dejar al Gato solo con Krypto."

Lena llamó a su hija mientras se paseaba hacia la gata que estaba atrapada entre las vallas mientras trataba de huir del perro abiertamente feliz. Krypto era un grandullón, pero un grandullón que irradiaba sol por el culo. Siempre estaba alegre y juguetón, tal vez demasiado amistoso para la gata desde que lo adoptaron; estaba tratando de encontrar una manera de fortalecer su conexión. Lo que provocaba que la Gata maullara pidiendo ayuda y que Lena fuera a rescatarla para alejarla de aquella bola de pelo. Teniendo en cuenta que no estaba tan ansiosa mientras adoptaban a ese redil escocés negro -cuyo nombre era Cat-, Lena estaba rondándola demasiado, siempre pendiente de protegerla. Lo cual no era nada sospechoso.

Lori se acercó corriendo a Krypto y rodeó con sus brazos la cabeza peluda del perro, riendo de placer. El momento en que vio a Krypto en aquel refugio de animales años atrás, fue sin duda amor a primera vista, ya que tanto Lena como Kara no tenían poder para decir que no a su entusiasta hija, eran inseparables desde entonces.

Lena se agachó y cogió a la Gata entre sus brazos, siempre estaba arañando o mordiendo a Kara pero era siempre dócil y tranquila con Lena, era algo curioso.

"Vamos a dormirte, cariño". murmuró Lena, acariciándole la cabecita y dirigiéndose al interior.

Había terminado su trabajo en el laboratorio y Kara estaba a punto de llegar a casa en cualquier momento, iban a hacer lasaña para cenar. Un especial Danvers-Luthor, como le habían prometido a Lori la noche anterior. Esa niña era una verdadera amenaza cuando se trataba de comida, algunas noches Lena y Kara tenían que sobornarla con la comida sólo para que se durmiera. Una mini Kara, en realidad.

Lena gimió mientras colocaba a la Gata en su cama, sintió dos manos poderosas envolviendo su vientre y una boca caliente soplando aliento caliente sobre su piel sensible.

Kara.

"No deberías agacharte así, nena, es malo para tu espalda".

Sus manos acariciaron el vientre prominente de Lena, apenas faltaba un mes para que dieran la bienvenida a su segunda hija. Desde luego, no había echado de menos el embarazo, ya que conllevaba una movilidad limitada y unos antojos locos. Pero tener a una alfa muy activa en su cama iba a resultar en otro embarazo, Lena no estaba tan en contra, la verdad. Justo cuando había recordado su anterior embarazo, le traía tantos malos recuerdos, cosas que Lena prefería profundizar en su mente.

"Krypto estaba de nuevo acosando al Gato, deberíamos hacer algo al respecto, me preocupa que el Gato huya a este paso". Dijo mientras cubría el pequeño cuerpo de la gata con una fina manta. Ella se había acercado más a esta pequeña criatura durante los meses que habían pasado juntas, Krypto era tan fácil de amar, pero Cat era un poco intrincada y exigente. Kara se rió cuando Lena se volvió en sus brazos para envolver sus manos alrededor de la cabeza de la Alfa para atraerla para un beso.

"Mmmh... pensé que te sentirías aliviada cuando Cat finalmente se escapara considerando que no estabas tan feliz cuando la adoptamos..." Dijo entre picotazos, Lena se retiró y lanzó una pequeña sonrisa a la forma dormida de Cat.

"Bueno, ya me he acostumbrado a ella y no quiero que se escape. Es una buena chica, una chica mona".

Las manos de Kara se dirigieron hacia el sur, acariciando ligeramente el culo de Lena por encima de su vestido antes de murmurar dulcemente.

"¿Sabes quién es también una buena chica? Tú. Tú eres mi niña buena, nena".

El cuerpo de Lena reaccionó de inmediato mientras se derretía en los brazos de Kara, tal vez justo antes de la cena podrían escabullirse a su dormitorio y...