𝟑 | 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐑𝐨𝐜𝐤

889 45 2
                                        

. . .

La semana pasó volando. Me adapté más rápido de lo que esperaba y, para mi sorpresa, Frank y yo nos volvimos inseparables. Literalmente, ya es como un hermano para mí. Tiene esa facilidad de hacerte sentir cómoda sin esfuerzo, y su sentido del humor siempre logra animarme, incluso en mis peores días. Compartimos música, comida, charlas larguísimas y silencios cómodos, lo cual no me pasa con mucha gente.

También conocí a Jamia, su novia. Debo decir que Frank es realmente afortunado de tenerla en su vida. Es tan amable, divertida y con una energía muy cálida que te hace sentir bienvenida desde el primer momento. Me cayó increíble y hasta salimos las tres veces con ella a tomar café, lo cual me hizo sentir más integrada a este nuevo capítulo de mi vida.

Pero bueno... volviendo a lo importante: de un momento a otro, ya me encontraba alistándome para ir a la escuela de artes. El primer día. El inicio de todo. Me desperté bastante temprano aunque no por gusto, porque no quería llegar tarde ni causar una mala primera impresión. De Belleville hasta Nueva York hay entre una y dos horas de viaje, dependiendo del tráfico, así que opté por el metro. Es más directo, más rápido, y sobre todo, me da tiempo para estar en mi mundo mientras observo a la ciudad despertarse.

Mientras me preparaba, no pude evitar que mi mente vagara una vez más hacia aquel chico del restaurante. No entiendo por qué pienso tanto en él. Tal vez es porque hace tiempo que no conecto con nadie de esa forma, o quizá él simplemente tenía algo... no sé. Su mirada, su expresión tranquila, la forma en que sonrió. Me pasa que, por momentos, creo que ya lo olvidé, y de repente, vuelve a cruzarse por mi cabeza sin razón. Supongo que sigo sintiendo que fue algo efímero y especial al mismo tiempo. Pero estoy tratando de dejarlo pasar. Las cosas que no suceden, simplemente no debían pasar... no?

"Pasajeros de Belleville a Nueva York, favor de abordar el tren. La salida será en diez minutos."

La voz por los altavoces me sacó de mis pensamientos. Me apresuré a entrar al tren antes de que la gran multitud se amontonara detrás. A pesar del sueño, sentí una mezcla de nervios y emoción que me mantenía alerta. Miré por la ventana mientras el tren se ponía en marcha.

Lo vale, pensé. Todo esto lo vale. Estaré aquí solo tres años, y pienso aprovecharlos al máximo. 

. . .

"Pasajeros con destino a Nueva York, última llamada."

La voz firme del altavoz me sacó abruptamente de mi sueño. Abrí los ojos de golpe. Me había quedado dormida durante todo el trayecto, abrazada a mi mochila como si fuera una almohada de emergencia. Parpadeé varias veces, confundida, hasta que entendí que el tren estaba por detenerse. Me levanté de un salto, con el corazón a mil por hora, y salí a toda prisa antes de que las puertas se cerraran.

Finalmente, ahí estaba. Nueva York. Una ciudad inmensa, abrumadora, viva. Y yo, una simple estudiante de fotografía, intentando encontrar el autobús correcto para llegar a mi nueva escuela de arte. Miré mi celular. Eran las 6:07 a. m. Las clases empezaban a las 7. Me sentía como un personaje salido de una película, corriendo entre calles desconocidas con el tiempo pisándome los talones.

Dios sabe cuánto me perdí intentando entender las malditas rutas. Cada esquina parecía igual y, por un momento, pensé que llegaría tarde en mi primer día. Pero entonces vi un autobús con un letrero que mencionaba Manhattan, y aunque no era exactamente el que me habían recomendado, algo en mí dijo "confía". Me subí sin pensarlo demasiado.

Durante el trayecto me mantuve con los ojos bien abiertos, tratando de ubicar cualquier edificio conocido, cuando de pronto lo vi: el enorme edificio de fachada moderna, ventanales altos y una fila de estudiantes entrando. Era mi escuela. Corrí al frente y le pedí al conductor que me dejara bajar, le pagué algo extra por la parada inesperada, y él solo sonrió, deseándome un buen día. 

When you go | Gerard Way y tu (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora