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El despertador aún no sonaba y yo ya tenía los ojos muy abiertos, nuevamente las gritonas que tengo por hermanas estaban discutiendo por un par de zapatos

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El despertador aún no sonaba y yo ya tenía los ojos muy abiertos, nuevamente las gritonas que tengo por hermanas estaban discutiendo por un par de zapatos.

Salí de mi habitación para dirigirme a la cocina y ser recibido con un vaso de agua en la cara.

—¡¿Qué carajos, Young?! —me molesté.

—Ups, perdón, creí que era Yang —le regalé una mirada de pocos amigos para después ignorarla. Ella se marchó a su habitación para seguir con sus gritos. —¡Yang Mi! ¡Te dije que no podías usar esa blusa!

—¡No seas egoísta y préstamela!

Sí, tener dos hermanas mayores era de lo peor, discutían y se peleaban todo el tiempo. Sin embargo, tenía un lado bueno. Ambas confiaban la una en la otra y se contaban sus más grandes secretos pero lo que más llamaba mi atención eran sus conversaciones sobre chicos.

Todos los días escuchaba cosas nuevas sobre jóvenes que conocían y el como les gustaría ser conquistadas. Eso en definitiva me volvió un experto en el tema. Todo comenzó cuando un día en la escuela un chico se encontraba llorando junto a sus amigos, mi curiosidad aumentó al máximo y me acerqué a escuchar lo que decían.

—De verdad que no lo entiendo —limpió sus lágrimas. —Siempre desvía la mirada cuando le hablo o sale corriendo cuando me ve de lejos, ¿cómo hago para llamar más su atención?

—Confiesate —me uní a su conversación, todos me miraron extrañados. —Sea quién sea, le gustas y si te confiesas te va a corresponder, te lo aseguro.

Al día siguiente, el mismo chico me buscó y lo primero que hizo fue agradecerme, la chica de la que hablaba se volvió su novia luego de que siguió un consejo tan simple como el que le di. Después de eso, más chicos comenzaron a acercarse a mí pidiendo opiniones y consejos para conquistar a las personas que tenían un lugar especial en su corazón y con el tiempo me apodaron como el Dios de las citas pues gracias a mí lograban conseguir pareja sin ninguna dificultad.

Durante el receso, comía rápidamente para atender a mis clientes y mi sala de consulta era un salón de clases que nunca se usaba más que para guardar escritorios.

—¿Puedo pasar? —una voz femenina me sorprendió, asentí con la cabeza y ella tomó asiento frente a mí. —¿De verdad eres un Dios?

—Es lo que dicen los demás —noté como se ponía nerviosa —¿Qué necesitas?

—Verás hay un chico que me gusta y se que le gustan los videojuegos por lo tanto me gustaría invitarlo a un evento gaming pero no estoy del todo segura.

—Bueno, primero que nada tienes que ser firme y segura de ti misma, pregúntate: "¿realmente quiero hacerlo?" Y si la respuesta es sí, párate frente a él, preferiblemente cuando se encuentre solo y dile que habrá un evento, estoy seguro que desde ahí vas atrapar su atención, le dirás que vas a ir sola pero te gustaría un acompañante, ahí él te va a proponer ir contigo y bum, lo demás será pan comido.

—Y si dice que irá con sus amigos.

—Escucha, eres muy bonita y a todo gamer le encantará estar acompañado de alguien como tú en esos eventos, créeme, los hombres siempre dejamos de lado a los amigos cuando se trata de chicas —reí recordando la veces que mis amigos me dejaron en la misma situación.  —Solo te falta un poco de confianza en ti misma. Respira hondo y habla contigo misma: "Yo puedo hacerlo". Y todo se te facilitará.

Se levantó con una sonrisa enorme, pagó por su consulta y luego de dar una reverencia se marchó muy animada, más allá de ganar dinero gracias a eso, me hace sentir bien poder ayudar a mis compañeros tanto en su vida amorosa como subirles los ánimos.

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Dios de las Citas || Min Yoongi || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora