[3] Fiesta de bienvenida

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La información que me brindaba Newt resolvía algunas dudas y creaba otras nuevas. Supe algunos nombres de los demás chicos del lugar, también supe sobre los diferentes trabajos del Área. Y había notado su vocabulario, decía algunas palabras que no había escuchado y no lograba entender aún para poder usarlas en mis oraciones.

Las palabras más destacadas eran: larcho, garlopo, shank, güey, entre otros.

También fui enterándome de qué clase de trabajos habían. Habían Aradores, Carniceros, Cocinero, Constructores, Embolsadores, Fregones, Docs y Corredores.

No sé en qué momento había llegado a hablar con algunos chicos del Área. Eran simpáticos y agradables, aunque habían otros que tenían cara de pocos amigos.

Conocí a algunos de los encargados de los respectivos trabajos; entre ellos estaban: Zart, Winston, Sartén, Clint y Jeff.

Habían dos chicos que parecían no tener interés en hablar. Eran Minho —un chico asiático, cabello azabache, y parecía estar en forma— y Gally, —era alto, su cabello color castaño oscuro y la gran fuerza que tenía a la hora de pelear— no me gustaría estar en una pelea con el último mencionado.

Al haber escuchado que tendría un trabajo asignado, pensé en cual me gustaría estar. Una opción era ser Aradora, pues no me imaginaba siendo una carnicera, constructora, Doc, y mucho menos siendo una embolsadora. Y la otra opción fue ser corredora, sé que eso era algo imposible para mí —pues apenas acababa de llegar al Área— pero las esperanzas no se desvanecían. Si fuera corredora podría salir de este lugar para observar el exterior y encontrar alguna salida para escapar. Aún no podía imaginarme a mí estando en este lugar más de 2 meses.

Un chico llamado Elliot —al que ya le caía bien— me había ofrecido la misma bebida que me había dado Newt. Lo negué la primera vez, pero luego pensé ¿por qué no?

Y solo di unos tragos, me quemaba la garganta, incluso iba a escupirlo pero tuve el valía de tragármelo. A los minutos sentía un leve mareo, como si a mi alrededor se moviera cada vez que caminaba. E incluso noté que estaba en más confianza, puesto a que platicaba con cualquiera sin tener la pena suficiente.

A unos tres metros vi al chico asiático —Minho— y pensé en irme a presentar. Caminé hacia él y me presenté.

—Hola —le tendí la mano—, ¿eres Minho, cierto? —pregunté.

Él pareció escucharme y habló—. Así es —tomó mi mano y me devolvió el saludo—, y tú eres la novata, ¿cierto?

—Si, oh bueno, mi nombre es Marianne, escuché que eres corredor. Te tengo una pregunta, dime, ¿yo podría ser- —me interrumpió.

—¿Una corredora? —asentí con la cabeza—. Mmm, no lo creo —fue muy honesto.

—¿Pero existe una posibilidad de que... lo sea?

—Puede que si, puede que no. No se sabe. —dijo—. Y dime Nuevita, ¿como has pasado el primer día aquí?

—Pues...

—Déjame adivinar... ¿del asco? —asentí sinceramente—, seh, la mayoría pasa así su primer día —dijo con mucha naturalidad, como si estuviera muy acostumbrado a eso.

Iba a responderle pero un chico había caído muy cerca mío. No sabía porqué había caído hasta que noté que él estaba en una pelea con el muchacho llamado Gally.

El silencio abarcó el lugar. Solo me agaché y lo ayudé a levantarse. Me puso nerviosa ver que todos me veían solo por ayudarlo.

—¡Hey Novata! —gritaron, solo levante la vista para ver quien era. Oh no. Era Gally—. ¿Quieres probar de que estás hecha?

The Maze Runner (Thomas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora