Ha pasado una semana entera y el corazón de Naruto no se ha serenado. Todo ha quedado en una experiencia a medias, dichos sucesos le han llevado a descubrir su posible orientación sexual. La parte racional de su cerebro le hace pensar que así es mejor, él solo debe tener en mente la meta que su madre le ha impuesto, convertirse en un maestro como lo es ella y esperar paciente el día en que ambos puedan obtener la repatriación a Londres. Pero eso no evita que no pare de pensar en el impuro beso que le dio el mayor, desea repetirlo, desea que le toque y desea tocarlo.
Con toda una maraña de pensamientos en su juvenil mentecilla, sale cabizbajo y hambriento del instituto, muere por llegar al pensionado y reponer algo de sueño después de haber comido. Ríe al imaginarlo, por qué así de simple es el rubio, le bastan pocas y sencillas cosas en la vida, para ser feliz.
—Hola Naruto.
No necesita voltear para saber quien es el dueño de la voz grave, respira profundo y encara al sujeto.
—Hola Sasuke—intenta mirarle a los ojos y no delatar la vergüenza que siente.
—¿Vas a casa? —indaga frío.
—Si—responde a la vez que trata de evadir la oscura mirada.
—¿Quieres acompañarme a comer?
—No tengo hambre—lucha internamente para no ceder—Pero gracias—sonríe grande como siempre que agradece.
Y para la mala suerte del jovenzuelo, un estruendoso sonido proveniente de su estómago, llega a los finos sonidos del Uchiha.
—¿Ah, no? —su gesto es soberbio.
Dicho gesto burlesco le tiene que enfadar, pero lejos de eso le hace sentir cálido, sonríe de vuelta y acepta la proposición, camina hacia el otro y pasa de largo a su lado para subir a la suntuosa limusina.
Mientras degustan diversos platillos, el rubio habla y habla animosamente sobre cualquier cosa, a lo que el otro escucha y responde con monosílabos. Nadie menciona lo que ha pasado la última vez, pero por alguna razón que no comprenden el ambiente ha dejado de ser incómodo y solo los envuelve una confortable atmósfera. Eso a Naruto no le sorprende, él por lo general le habla a todo ser vivo y no le cuesta hacer conversación, aunque muchos le tengan mala manía al pobre chico, pero al mayor esto le tiene confundido, él no es de llevar amantes a comer, no recuerda haberlo hecho ni una sola vez, aunque tampoco puede considerar a Naruto su amante, eso sería demasiado inusual, comenzando por el hecho de que este es mucho menor y el factor más importante Naruto es inocente. Sus amantes en turno generalmente saben a lo que van y lo que recibirán a cambio. Sin embargo, Naruto está ahí, comiendo de manera poco educada y contándole algo sobre un libro que ha leído recientemente, con sus malditos ojos azules brillosos que inevitablemente le hacen perderse. Tiene una risa muy contagiosa, eso no lo puede dudar, le ha costado tanto trabajo no reír con las ocurrencias del rubio.
Sasuke es orgulloso, pero no por ello dejará de aceptar lo que siente ante sí mismo, el mar de sensaciones que le envuelven cuando está con el rubio, por eso le busca, por supuesto que le desea, le desea como nunca deseo a nadie, pero ese deseo es nada contra la sensación de libertad que le provoca estar a su lado, incluso es capaz de olvidar que es un Uchiha. Quiere disfrutar de eso, aunque sea un poco más. Naruto conseguirá sus metas y vivirá libremente disfrutando de cada suceso que pase en su existencia, mientras él se convertirá en el esposo de alguna simplona mujer que le dará un hijo y de esa manera evitará la extinción de su clan.
—¿Quieres ir a tomar té? — se da cuenta de que el rubio ha terminado de comer y se niega a perder tan pronto su compañía—Así puedes continuar contándome sobre ese libro que me has mencionado.
Y para Naruto basta que alguien tenga interés en platicar con el sobre libros para que acepte rápidamente—Si ¡Vamos Sasuke!
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El lugar a donde le lleva no se ubica en un sitio acomodado, es más bien un lugar "popular". Es una pequeña casa, que únicamente tiene lo esencial, con toques elegantes.
Naruto recién comienza a adquirir experiencias en la vida, pero no por ello vive en la ignorancia. Su madre siempre lo ha mantenido informado de la realidad cruel para ellos. No necesita preguntar para saber que ese lugar, es un sitio donde el otro arregla encuentros con sus amantes en turno, un lugar escondido en las sombras, donde da rienda suelta a las bajas pasiones que no son moralmente aceptadas.
El pelinegro ha servido el té en la pequeña mesita kotatsu donde ambos quedan frente a frente. Beben silenciosamente hasta que Naruto, quien no está acostumbrado a tanta calma, hace la pregunta que le carcome la cabeza.
—¿Qué es este sitio?
La pregunta toma por sorpresa al otro y sabe que no vale la pena dar rodeos, no está acostumbrado a mentir, detesta la mentira y prefiere la verdad por cruda que sea.
—Es un lugar de encuentros—espeta firme mirando los ojos azules para evaluar su reacción.
—Sí, eso pensé— trata de sonar irrelevante, pero aprieta el magno de la tacita de té mientras esquiva la mirada el otro.
—¿Qué opinas de eso? —indaga con el habitual gesto hosco, pues el tono indiferente que uso el rubio, le ha calado el pecho.
—Supongo que es común, en personas como ustedes.
—¿Cómo nosotros?
—Sí, personas ricas— y la valentía que Naurto ha sacado le ha descolocado al otro, por lo que decide picarle.
—¿Y aún así has venido? — sonríe altivo.
—Si—lo mira a los orbes negros—Aun así, he venido.
—¿A qué has venido?
Naruto ha tomado su decisión.
—Quiero que me hagas lo que le haces a tus amantes—la determinación pinta los ojos de cielo haciendo al otro gruñir anticipadamente—Quiero que me enseñes Sasuke.
Continuará....

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15 AÑOS
RomansaDe cómo el adolescente londinense refugiado, le da su inocencia, su pasión y su cuerpo, pero no puede dar su amor a ese hombre japonés. Fic corto. SasuNaru. +18 Naruto pertenece a Masashi Kishimoto