Capítulo 6

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Advertencia: Lemon SasuNaru... ¡Dios! nada es más difícil en esta vida que poner a Naruto a morder la almohada, me costó tanto trabajo imaginarlo y escribirlo jajajajaja 

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—Quiero que me hagas... lo que haces a tus amantes—la determinación dibujada en los ojos de cielo hace al otro gruñir anticipadamente—Quiero que me enseñes Sasuke.

Interiormente, lo dicho por el rubio le ha desestabilizado en todos los sentidos, pero exteriormente, mantiene la fachada estoica. Cala su cigarrillo e indica con la pálida mano en un movimiento leve, que  se ponga de pie.

El rubio obedece la orden muda y se incorpora lentamente. Desvía la mirada, porque el golpe de adrenalina que le ha dado valentía, ha disminuido, pero primero muerto antes que retractarse.

—Ven—posa el cigarrillo sentado en el suelo frente a la mesita kotatsu.

El menor rodea la pequeña mesa a paso sigiloso, con el cuerpo tembloroso y el corazón alborotado.

Una vez delante del mayor, le mira hacia abajo con la expectación en los ojos azules.

Sasuke le mira retador, como esperando a que el chico se retracte de las palabras antes mencionadas.

—Quítate la ropa—el gesto es altivo.

Podrá estar muriendo de los nervios, pero no se piensa dejar intimidar, entiende que el otro espera que actúe como un niño asustado y no le dará el placer al arrogante bastardo.

—Quítamela tú— el "inocente" Naruto sonríe zorruno.

Y esa actitud de muchacho rebelde que hasta entonces había sido tímido, le causa un latigazo de excitación que viaja directo a su entrepierna.

—Si así lo quieres.

Con toda seguridad se incorpora posicionándose frente al más joven y con una parsimonia que pone al otro inquieto, comienza a desabrochar el chalequillo azul marino del uniforme. Un sonoro suspiro escapa de los labios del rubio y su virginal cuerpo ha comenzado a temblar haciendo al otro morderse el labio ante la expectación.

Mientras desliza la prenda por los brazos ajenos, una serie de pensamientos le invaden y duda un momento. El estudiante no es como sus amantes en turno, Naruto es... Naruto es... No sabe lo que Naruto es.

Vacila, la tentación es demasiada, porque aun considerándose el epítome del raciocinio, sigue siendo un simple mortal y Naruto representaba la promesa del paraíso.

Sabe que si sobrepasa la delgada línea que aún hay entre ambos, ya no habrá salvación para él, pero entiende también, que si no lo hace, el deseo le perseguirá el resto de su vida, porque según su lógica, con una sola vez poseyéndole, bastará para calmar su sed. Sin querer darle más cuerda a sus propios pensamientos, decide solo blanquear la mente y disfrutar todo lo que el rubio le pueda ofrecer.

Los largos y finos dedos abren la camisa formal blanca y al rozar el pecho de caramelo con los nudillos, logra sentir la temperatura caliente de esa deliciosa piel encontrando tan erótico el ritual que implica despojarlo de sus vestimentas. Esta parte es nueva para él, ya que nunca tuvo que desnudar a alguien más. En sus encuentros sexuales solo ordena y la otra parte obedece. No quiere eso esta vez, esta vez quiere quedar en la mente de Naruto hasta el final de sus días.

Es turno de la última prenda superior para caer al suelo. Los suspiros de Naruto satisfacen su ego, ese colorcito carmín que colorea los bronceados carrillos le tiene afectado. Con las frías yemas de sus dedos explora la piel de suntuosa dulzura, las desliza por los hombros en un roce suave, lanzando miles de sensaciones novedosas al casto cuerpo del rubio, quien para esos momentos cierra los ojos ante la intensidad de las aún leves caricias.

15 AÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora