Tras la lluvia

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Interior de Itadori
Sukuna: No me mires desde abajo sin mi permiso. Es molesto, mocoso.  Sonrisa burlesca.

Itadori: Pues baja hasta acá y te miraré desde arriba. Enfadado

Sukuna: Estas siendo bastante hostil, ¿no crees?

Itadori: ¿Como no serlo? Acabas de matarme.

Sukuna: ¿Y no me das las gracias por haberte sanado el brazo?

Iatdori: ¡Le arrancaste un brazo a Kurayami y a mí el corazón justo después!

Kurayami: aparece. Tch... ¿No me podrías haber dejado mi brazo?

Sukuna: ... ¿Y tu que narices haces aquí? Enana.

Kurayami: Itadori-sempai... Tienes mucha suerte...

Itadori: ¿Eh? ¿Por que?

Kurayami: Tocaste mi marca... Sigues vivo, aunque puede que sea por Sukuna...

Sukuna: No digas mi nombre con tanta familiaridad. Enana.

Que pereza escribir :( esto va como en anime empezaré a escribir donde se despertó

Fuera de la mente de itadori

Gojo: ¿Sabes? Tengo una personalidad terrible.

Ijichi: Lo se.

Gojo: Ijichi te estás ganado un golpe.

Ijichi: ¡¿Un golpe?!

Gojo: Ser profesor no es mi estilo. ¿Sabes por que decidí enseñar en nuestra escuela? Pregúntame.

Ijichi: ¿Por que?

Gojo: Porque tengo un sueño.

Ijichi: ¿Un sueño?

Gojo: Si. Como Yuuji demostró , los mandamases de la hechicería son un grupo corrupto. Necios mojigatos, chapados a la antigua, arrogantes e idiotas. Son un montón de mandarinas en rebaja. Quiero reiniciar el putrefacto mundo de la hechicería. Matar a los peces gordos sería pan comido, pero implicaría reemplazar a los mandamases sin revolución alguna. Y si eso sucediera, nadie me seguiría. Por eso elegí la educación. Para formar camaradas fuertes e inteligentes. Y es por eso que comparto mis misiones con mis alumnos . Es amor duro.

Ijichi: ¿No será simple pereza?

Gojo: Todos son muy talentosos. En especial Hakari, de tercero, y Okkotsu, de segundo. Serán hechiceros de mi calibre. Yuuji y Kurayami también estaban a su altura. Aunque... Kurayami, ja. Creía que no te iba a volver a ver... Después de todo conocía a tu madre... La hechicera más fuerte del mundo...

Ieiri: Oigan. Estoy por comenzar, ¿piensan quedarse a mirar?

Itadori: se levanta. ¡Oh! ¡Lo tengo todo al aire!

Kurayami: ¿Podéis dejar de chillar? Sois molestos.

Ijichi: ¡Go...! ¡Gojo! ¡Están...! ¡Están vivos!

Kurayami: He dicho que te calles... le lanza un bisturí que tenia al lado el cual se que da clavado encima de la cabeza de Ijichi.

Ieiri: Que lastima.

Itadori: Esto es un poco vergonzoso, pero... ¿quien eres?

Ieiri: Vístete primero.

Gojo: Yuuji. Bienvenido.

Kurayami: ¡Ostia! ¡Mi brazo! Gojo... Me debes una explicación...

Itadori: ¡Ha...! ¿Que le pasó a tu brazo? Y ¡Buenas! ¡Ya volví!

La niña rara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora