Este cuerpo no es mío.

Capítulo 4. ¿Es broma no?

Will

—Hijo recuerda que tienes que ir a trabajar— grita mi mamá desde abajo.

Me levanto cansado de tanto dormir —y si uno cuando duerme mucho se cansa—  y me voy a duchar, luego de terminar me arreglo.

Mi madre creé que tengo que hacer algo productivo con mi vida que claramente no solo sea estar todo el día en celular o acostado, pero debo aclarar que también práctico deporte aun que para ella cree que no es suficiente. ¿Qué quería? Soy un adolescente, todos hacemos eso en esa edad o bueno casi todos.

Bajo a desayunar y cuando termino, agarro las llaves de mi auto para ir a mi trabajo.

—¡Suerte cariño!— exclama mi mamá desde adentro.

Apenas voy llegando y ya están lloviendo las malas noticias, hoy me tocaba limpieza en los baños.

—¿Hablas en serio?—

—¿Que? ¿Acaso crees que estoy bromeando?— preguta mi amigo Dylan.

—Espero y si— replico.

—Pues no— me entrega un trapeador — Anda ve y es mejor que te apures— advierte.

Me dirijo al baño de mala gana, y comienzo por lo peor, los escusados.

Luego de un tan desagradable trabajo por fin termino, voy a lavarme las manos y salgo de ahí.

—Hey— me giro —Ahora tienes que ayudar en la cocina— ordena Dylan.

Dylan asiste en la misma escuela que yo, es mi mejor amigo desde hace unos años pero verlo todos los días y que me este dando ordenes a cada rato, no era algo que me agradraba mucho.

—Voy— suspiro molesto.

Me di la vuelta para ir a la cocina pero algo o mas bien alguien capto mi atención, una chica que se me hacia conocida pero no recordaba quien era. Me sorprendió al ver que se empezaba a subir a lo juegos a pesar de que tuviera unos 17 o 18 años, esa tipa estaba loca. Me espere un rato a ver que ocurría, se me hizo raro al ver que no bajaba e iba dirigirme a los juegos a ver que estaba sucediendo, hasta que vi que su amiga se paro para ayudarla, la reconocí, era Nicole claro, y la que estaba en los juegos era Mía.

Me reí para mis adentros, eso si era raro. Volví a fijarme y vi que Nicole se reía mientras sacaba a dos niños, supuse que Mía se había quedado atorada —era algo obvio que pasaría, no se como se le ocurre hacer esas cosas— No pude evitar reírme, aun que la gente que pasaba a lado mio fruncía el ceño.

Lo ignore y gire mi vista en donde se encontraban, Nicole le jalaba los pies a Mia con ayuda de los niños, hasta que por fin logra sacar a Mia y cayendo de Nicole.

Este era mi momento.

Me acerque a ellas. —Si sabes que no puedes subirte a estos juegos, son para niños menores de 12 años— les digo con una sonrisa.

Ninguna de las dos me voltea a ver, así que decido volver hablar, pero cuando lo hago se paran y rápidamente salen corriendo.

Vaya que si corrían rápido, me reí y me dirigí a la cocina.

Después de esto no era tan mal día.

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Mía

Después de ese incidente salimos rápido de ahí y nos metemos en una tienda como si nada.

Compramos algunas cosas, bueno tal vez demasiadas.

—¿Podemos pasar a una tienda de ropa interior?— pregunto.

—Claro, ¿necesitas algo de ahí?— inquiere Nicole.

—Si un bra, se suicido por llevar una vida tan vacía— menciono.  Lose mal chiste. Nicole solo rueda sus ojos — Perdón, es broma se rompió y necesito uno.

—Estoy aquí, no quiero detalles— reprocha James poniendo los ojos en blanco.

Nicole solo se ríe y entramos a la siguiente tienda.

Después de ver en mil tiendas más, —si tal vez exagero— y comprar lo "necesario", nos dirigimos a mi auto. Había sido un día muy exhausto, estaba demasiada cansada, así que primero fui a dejar a Nicole a su casa y me despedí de ella.

—Gracias, no se te olvide que ya es la otra semana— dice emocionada.

—Si claro— le sonrio y se dirige a su casa.

Cuando por fin llego a mi casa, despierto a Leslie y James que se quedaron dormidos en el auto.
Me ayudan a cargar algunas bolsas, obviamente las más pequeñas y cuando entro a la casa me encuentro a mi madre con una cara de preocupación.

—No podías marcar o algo— espeta enojada.

—Te deje una nota—

—Si, pero eso no me dice si estas bien o no—

—Perdón— murmuró dandole un abrazó.

—A ja claro, es mejor que te vayas a dormir, ya es tarde— argumenta.

Asiento y me dirijo a mi recámara.

Si claro dormirme.

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La semana había pasado muy rápido, ya era jueves y el domingo nos íbamos al carnaval. Ya le había mencionado a mis padres de ello y habían aceptado.

Y ahorita mismo me encontraba en clases de historia.

—Nicole pasame la respuesta de la primera— le suplico.

—No me la sé— inquiere.

Hecho un vistazo a su cuaderno.

—Pero si ahí la tienes— espeto.

—Ya vengo voy a entregar— murmura dándome una sonrisa.

Eso se llama traición.

Cuando por fin vuelve me entrega su cuaderno, pero justo en ese momento tocan el timbre.

—Hasta luego jóvenes— dice el profesor.

—Wow gracias — espeto y empiezo a guardar mis cosas.

—Ya lo siento, como que te hace  falta que te alegren los días, de esos que suelen llamarse novios— suspira y la miro mal.

—No, ya tengo sufiente con los celos de mi mejor amiga que por cierto no me pasa las respuestas de historia cada vez que necesito, y tener un novio implicaría otro drama para mi—  exagero.

—Tranquila era broma— inquiere.

—Esta bien, te veo luego— digo despidiendome de ella.

Salgo de la escuela y paso por algo de comer, luego voy a mi casa y encuentro a mi mamá hablaba por teléfono.

—Mía hoy es cumpleaños de tu tía, felicitala— susurra pasandome el teléfono, le hago señales de que no quiero, pero es un intento inútil y me lo da.

—Hola tía, muchas felicidades—

—Oh gracias Mia, ¿Como has estado?—

—Muy bien— suelto en una risilla— Y ¿Tu?—

—Igual gracias—

—Que bien, hasta luego tengo cosas que hacer, te paso a mi mamá— le digo rápidamente antes de que siga esta charla incómoda –o por lo menos para mi– y le entrego el teléfono a mi madre.

Ella me mira mal y antes de que me reproche subo rápido a mi recámara.

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Foto de Will en multimedia.