Caderas

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Previo a la lectura:

Todos los personajes de esta historia son mayores de 18 años

La historia comienza poco despues de que Ace subiera al barco

Eventos transcurridos en los años anteriores a los eventos relacionados a Marineford y el asesinato de Thatch a manos de Teach, los que también,  han sido alterados por si solos

Sin más, comencemos!
____

Una pequeña gota de sangre se deslizaba desde la nariz de Marco hasta sus labios, acompañado de un sonrojo sobre sus mejillas que lograba hacerse notar a pesar de su piel morena, sus pantalones derrepente se sentían demasiado apretados, incómodos de mantener puestos, en especial en la zona de la entrepierna.

Y es que joder, como no iba a apretarle el pantalón si Ace estaba a pecho desnudo, con la espalda recta en una perfecta postura que realzaba sus pectorales,  exhibiendo esa gruesa espalda y su marcado abdomen sin la camisa usual que a penas le cubría, sonrojado producto del alcohol que sus hermanos le habían dado para celebrar su reciente cargo como comandante,  completamente borracho mientras hablaba con uno de sus nakama, con sus mejillas abultadas adornadas por un suave sonrojo. Ace hablaba sin notar la mirada del rubio que a unos metros de distancia, recorría el cuerpo del menor sin vergüenza ni tapujos.

La cubierta se hallaba llena, la música resonaba en el Moby Dick junto a las risas de Shirohige y todos sus hijos, pues se hallaban celebrando a uno de los menores del Barco, Portgas D Ace, nombrado recientemente comandante de la segunda división de los piratas de Shirohige, un logro para nada menospreciable si tenemos en cuenta la corta edad del pelinegro de dieciocho años, quien ahora cargaba con una de las responsabilidades más importantes en la tripulación del hombre más fuerte del mundo.

La fiesta se había alargado lo suficiente como para que todos se emborracharan y comenzarán a bailar en medio de una improvisada pista de baile, tomando fotos, jugando y riendo por cosas sin sentido, entre elogios y felicitaciones hacia el nuevo comandante. Toneladas de comida iban desapareciendo en la boca del pecoso, quien recibía regalos y mimos de todos sus nakamas.

Las horas habían pasado y la fiesta aún no parecía apagarse en plena madrugada. Aun con esto, al parecer el alcohol había causado ciertos estragos en Marco, cuya mirada no dejaba de observar al menor de sus hermanos no de manera muy pura, sus labios relamiendose a la vista del joven adulto semidesnudo frente a el.

Los pezones del pelinegro se hacían notar en sus pectorales, erectos a causa del frio. Fijandose en ellos, Marco estaba seguro de que no sería capaz de rodear ambos pectorales con sus manos, después de todo el pecho del pecoso era tan elevado y grande como el de una chica.

Llevaba casi un año observandole en silencio, nunca habia pasado de comentarios en doble sentido o miradas discretas hacia el pecoso, nunca habia intentado mas, sin permitirse exceder los limites que el mismo se había impuesto, al punto de que incluso sus hermanos desconocían su atracción por el de cabellos azabaches. 

Aún asi, en esta situacion y considerando la gran cantidad de alcohol en su sangre, y como este afectaba negativamente en su juicio y su capacidad para razonar, Marco podía decir y asegurar sin duda que los pectorales de Ace eran uno de sus preferidos si decidía alejarse de su papel como hermano mayor, incluso podía imaginar aquel firme pecho y su rostro sonrojado mientras lo hacían..

Mierda, hacerlo con Ace

¿Cómo se vería debajo suyo? Con el cabello revuelto, gimiendo

¿Cómo se oirían sus gemidos? ¿Cómo se sentiría su pecho?

En el mismo barco || 𝘔𝘢𝘳𝘈𝘤𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora