"Una vez oí decir que las constelaciones eran cicatrices en el cielo.
No lo entendí.
¿Por qué el cielo tendría heridas?
Y si eran eso, ¿Por qué eran tan bonitas?
Las cicatrices son feas, y duelen.
No me gustan.
Por eso las constelaciones dejaron de hacerlo también.
No me gustaba herirme, por eso evitaba todo aquello que pudiese lastimarme.
Pero cuando ví al gatito en peligro y a su dueña rogar por ayuda, rompí mi juramento.
Y ahora, contemplando la línea rosa que sanaba en mi brazo, solo puedo sonreír.
Igual que ella cuando vió al pequeño a salvo en mis brazos.
Hice una amiga en ese momento.
Y mi amor por las estrellas regresó.
Ahora solo te pregunto algo:
¿Cuál es tu constelación favorita?".
Lola Luna.