Before The Day Is Over

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El cielo de la mañana ya no tenía el mismo tono de azul que caracterizaba el pueblo de Karmaland, ahora portaba un gris que parecía contagiar su sentimiento de amarga tristeza a todos aquellos que vivan en la zona; pero en especial a los héroes. 

Cierto pato tocó la puerta de uno de los héroes con cautela e incluso con algo de ansiedad, no quería alarmar al que se encontraba escondido del otro lado del edificio. Quackity se hizo para atrás para así poder esperar a que el otro le abriera, si era sincero no sabía porque se encontraba en aquel lugar a horas tan tempranas; pero una parte muy oculta de si mismo le obligó a visitar a aquel hombre. 

La puerta se abrió con lentitud, detrás de ella se encontraba el enderman portando su cansancio como si fuera ropa de marca. El chico se encorvaba y demostraba las ojeras que residían debajo de sus ojos con cierta vergüenza; Quackity no pudo evitar sentirse igualmente desganado. 

"Ma, como... ¿Cómo estas?"  Preguntó, su voz temblando un poco; pero no era porque le tenía miedo al otro sujeto, sino porque no quería romper aquella fuerte tensión que se creó alrededor de ellos. 

"¿Pues cómo voy a estar, chico?" Respondió el otro con un gran suspiro, su mano dejando la puerta. "No he salido de mi casa desde lo que pasó" 

El mexicano notó dos opciones que podía tomar, podía seguir con aquel ánimo desganado y darle compañía al español dentro de su casa, o podía intentar sacarlo de allí, que le de un poco el aire del pueblo.  

Claramente eligió la segunda. 

"Eso no puede ser amá, mira vente vamos a dar una vuelta por ahí ¿va?" La mirada de Staxx se posó sobre la pequeña y tímida sonrisa que se había formado en el rostro del pato, pareció un poco pensativo; pero no tardó mucho en responderle. 

"Vale, solo que he estado un poco lentillo últimamente" 

"No, no, no pasa nada ma." Respondió Quackity rápidamente acercándose al otro y dándole su brazo para que Staxx se pudiese recargar sobre el y así no cansarse tanto. "Vamos jefa, que el día esta un poquito frío, pero esta chingón" 

"Si tu dices, mijo." Contestó el otro pasando su brazo alrededor del de Quackity. 

Así fue como ambos comenzaron a caminar en las afueras del pueblo de Karmaland, era un simple paseo lento y sin ningún tipo de plática; pero si le preguntabas a Staxx el te dirá que era algo que realmente necesitaba, un poco de silencio. 

El hombre estaba harto de que le trataran como si no pudiese hacer nada, claro su hijo se había muerto hace un tiempo; pero eso no significaba que no pudiese hacer nada, estaba harto de que le obligaran a quedarse en casa para poder pasar el luto en "paz", sentía que ello solamente estaba empeorando las cosas. 

El enderman cerró los ojos al sentir la brisa fría de la mañana acariciar su rostro, se quedó parado sin moverse para poder realmente apreciar aquel viento que le había ido a saludar con un frío pero tierno beso. 

Quackity se quedó parado al lado de él, le miraba con tranquilidad y entendimiento, el podía reconocer el amor y la ternura que venía con una fría brisa de la mañana. 

Staxx se acercó más al otro y posó su mano sobre el hombro del pato, el mexicano no hizo más que acercarse a aquel que miraba como su madre y darle el apoyo que claramente estaba buscando de él. 

"Realmente le extraño, Quackity" Suspiró Staxx con fuerza mientras abría sus ojos lentamente. "Sé que murió como el gran campeón que era; pero extraño sus risas." 

Quackity dejó que su cabeza se recargara sobre el hombro del otro y cerró sus ojos, sintió como la abrumadora tristeza que el otro cargaba llegaba a él y no pudo hacer nada para evitar las lágrimas que se habían empezado a acumular en sus ojos. 

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