To Build A Home

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(Se van a hacer pequeñas menciones sobre cosas medio NSFW, pero no se van a mostrar dichas escenas explícitamente, nomás pa que sepan que este cap es un poquito más subido de tono en ese aspecto <3)

El pato miraba aquella vieja cafetera con cierto odio, a ser sinceros lo último que necesitaba aquella mañana era que esa máquina asquerosa no funcionase. Su mueca se volvió aún más anunciada al escuchar aquellos viejos y mecánicos sonidos que aquel aparato reproducía, casi como si estuviese gritando sus últimas palabras antes de morir. 

El mexicano se encontraba tan distraído con aquel problema que no notó como alguien se acercó lentamente a su espalda, se dio cuenta de aquella presencia en el momento que el otro pasó sus brazos alrededor de su cintura para poder acercarle a aquel extraño abrazo de mañana que solían hacer las parejas melosas. 

"Buenos días mi patito" El chico murmuró mientras se acercaba a la oreja del moreno, todavía mantenía aquel tono seductor con el que le había hablado toda la noche. "¿Cómo amaneciste, guapo?" 

"De la chingada" Contestó Quackity, no quería seguir con aquellos juegos de coqueteo que tenían entre ellos esa mañana, solo quería una bendita taza de café. "Me duele un chingo la puta cadera y tu pinche máquina de mierda no sirve."

 "Oh, ¿Fui muy...?" Preguntó, sus manos aligerando aquel agarre que tenían sobre la cintura del otro, un claro tono de preocupación enlazaba su voz. 

"No, no." El moreno por fin volteó a ver a su enamorado. "Fuiste perfecto, otra vez; solo que ahora estoy sufriendo las consecuencias de anoche; pero tu no te preocupes por eso, Rubius."

Quackity dejó que su cuerpo se recargase sobre la encimera blanca mientras tomaba con ternura la cara del oso entre sus manos, los dedos del pato acariciaban lentamente las mejillas de aquel español que había bajado sus manos para ahora mantener un dulce y delicado agarre en la cadera del otro. 

"Es solo que no quiero hacerte ningún tipo de daño, Quackity" Murmuró el peli-blanco, dejó que su frente chocara lentamente con la frente del otro mirando directamente a sus ojos. 

"Mira, guapo, lo único que me hace daño aquí es tu pinche cafetera mierdosa" Bromeó el mexicano, una sonrisa bufona pintando su cara claramente. "Además, tu ya sabes que si algún día no estoy de acuerdo con algo mientras estamos... en eso... te lo voy a decir" Los ojos del mexicano se desviaron ya que su cuerpo fue invadido por cierta pena, era increíble que todavía le daba vergüenza admitir que había tenido relaciones más íntimas con aquel oso. 

"Hm, vale; pero en serio me lo dices, no quiero que no me vayas a decir nada porque a mi me gusta de cierta manera y-"

"Rubius" Interrumpió el moreno bajando sus manos para que se posaran tranquilamente sobre los hombros del otro. "Te juro que no hay ningún problema con eso; pero ahorita solo quiero mi café ¿si?" 

"Vale, vale" Murmuró el oso, un sonrojo pintando su cara levemente. "Si quieres puedo hacerte yo el café" 

"Ay porfi, mi amor" Sonrió el pato plantando un pequeño y fugaz beso sobre la nariz del español quien le sonrió de vuelta y dejo ir de la cadera del otro para que así el pato pudiese sentarse sobre una de las encimeras de aquella cocina moderna. 

"Sabes que tenemos bancos, Quackity" Quejó Rubius mientras se acercaba a la cafetera, parando el proceso que había comenzado el pato y apretando diferentes botones (botones los cuales Quackity desconocía sus usos).

"Si; pero sentarse aquí es más cómodo, además, estoy más cerca de ti" Argumentó el moreno inclinándose su torso hacia el otro, una sonrisa burlona se había formado en su cara al notar la pequeña reacción de sorpresa que el otro tuvo ante tales palabras. 

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