Capítulo 5: "Seductora", parte II.

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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓: "𝐒𝐞𝐝𝐮𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚"; 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞.

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

El corazón de Jennie bombeaba a tanta velocidad, que podría jurar que los latidos del órgano rivalizaban directamente con los beats musicales que resonaban al rededor de su cuerpo. La manera en que abrazaba cada átomo de su cuerpo daba a entender que interpretaba el ritmo y que, tácitamente, deseaba que Lalisa la follara sobre la mesilla de cerezo a un costado de sí misma. No intentaría esconder sus anhelos después de haber bebido descarados mililitros, y tampoco negaría su necesidad por sentirse tocada o, mejor dicho, serlo.

"Vacancy was lit, the guests were checking in, the concierge was cold, the water pipes had mold all over them".

Lucía seductora ante la hambrienta mirada avellana de Lalisa y Jennie podía jurar que sentía a la pelinegra desgarrar, solo con uso de la mirada, el vestido que llevaba. No la juzgaba en absoluto. Jennie Kim era egocentrista en cuanto a su cuerpo, exenta en cuando al diálogo y demostrativa cuando implicaba provocación, sin mencionar su indiscriminado deseo por ser observada; una mezcla peculiar y poco tolerable para muchos. Un atavío regular en los Kim y ascendientes.

"The room was fit for two, the bed was left in ruins, the neighbor was knocking, yeah, but no one would let him in".

Los hombros de Jennie se movían, llevando consigo sus extremidades. Las manos de la castaña se paseaban discontinuas a lo largo de su codicioso cuerpo, arrasando la necesidad de ser tocada y alterando su respiración en patrones que ni siquiera era capaz de maniobrar. Las yemas de sus dedos ahuecaban las curvas de su cintura, sin despegar su cadera del ritmo de la canción. Se sentía jodidamente coqueta, y si cerraba sus ojos probablemente su subconsciente comenzaría a desear situaciones imaginarias con Lalisa en las que no se quería profundizar aún.

"Touch me, yeah, I want you to touch me there, make me feel like I am breathing, feel like I am human".

Jennie exhaló pesadamente frente a la descarada imagen mental de su cuerpo siendo arropado por el de Lalisa; una Lalisa dominante, capaz de robarle hasta la última gota deseosa de ella y que se transcribía en sus suspiros, sus anhelos y su propia mirada hacia la pelinegra. Una maknae llena de dominancia sexual, aquella a la que no le importase montar un teatro frente a otros, con tal de terminar la sesión de placer que ella misma había provocado con su atrapante arrogancia.

Aquel momento solo era la melodía vibrante de la guitarra, la voz armónica y cortante de Jesse Rutherford y su aventurera mente, que vagaba entre situaciones descaradamente nocivas para una Jennie que solo tenía su propio toque. Abrió los ojos y la pelinegra seguía allí, aferrada con desdén a la distancia que las separaba. Un escalofrío recorrió desde la punta de sus pies hasta su última hebra de cabello, cuando la brisa helada de la terraza se asomó, pero su cuerpo estaba lo suficientemente caliente para contrarrestar la frigidez que la perseguía.

"Dancing through the night, a vodka and a sprite, a glimpse of the silhouettes, a night that they never forget".

Lalisa conservaba la indiferencia en su rostro, quemando la tentación de sus pies por ir a reunirse con Jennie, y no precisamente en medio de la oscurecida pista de baile del pub. El líquido de alta graduación alcohólica, descendía por su garganta intentando saciar la sensación fogosa que incrementaba como leña en el fuego y terminaría quemándola si no se movía de allí.

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