CAPÍTULO 1

214 10 8
                                    

• Un año antes •

Narra Wendy

Estábamos con mi hermana en la sala de espera del hospital, mi mamá se había puesto muy grave debido a su enfermedad por lo que tuvimos que traerla, y ya han pasado varias horas pero los doctores ni las enfermeras no nos han dicho nada.

Wendy: ¿por qué será que tardan tanto?. Digo preocupada.
Maritza: de seguro que están haciéndole estudios, pero ya tranquilizate ¿sí?. Me mira.
Wendy: ¡¿cómo quieres que me tranquilice?!. Digo exaltada.- ¿no viste cómo venía en la ambulancia?. Bajo la mirada.- sólo quiero que ella esté bien y que no le pase nada malo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas luego de eso entonces Maritza me abrazó para que me calmara. Sólo quiero que mi mamá se recupere de esa horrible enfermedad y pueda estar con nosotras.

En eso llegó un doctor y nos miró.

Doctor: disculpen ¿familiares de la señora Allison Hernández?. Dice serio.
Maritza: somos sus hijas. Lo mira.- pero por favor doctor, díganos ¿cómo está ella?. Dice preocupada.
Doctor: les seré sincero señoritas, el cáncer ha ido avanzando con el pasar del tiempo y a pesar de las quimioterapias ya no hay nada que podamos hacer. Suspira.- lo que le ocurrió hoy a la señora, es una señal de que el final está cerca, lo siento mucho.

Al escuchar esas palabras fue literalmente como si el mundo se me viniera encima, estaba consternada, no sabía como reaccionar, pero no era la única, mi hermana estaba igual que yo al escuchar que nuestra mamá morirá pronto.

Maritza: ehhh. Se contiene las ganas de llorar.- ¿podemos verla?. Dice nerviosa.
Doctor: por supuesto. Afirma.- síganme, por aquí.

Fuimos con el doctor hasta la habitación en donde se encontraba mi mamá, en cuanto llegamos Maritza y yo entramos me partió el corazón verla en esa camilla, conectada a tanta máquina, era simplemente una pesadilla.

Doctor: pueden quedarse sólo unos minutos ¿entendido?. Dice serio.- después seguiremos haciéndole los estudios correspondientes. Revisa unos papeles.
Maritza: sí doctor.
Wendy: gracias. Lo miro.

El doctor se fue dejándonos a nosotras con nuestra mamá, nos acercamos y era evidentemente que estábamos destrozadas en el fondo, recibir una noticia así, no es para nada fácil digerir.

Wendy: Maritza, ¿qué haremos ahora?. Digo triste.
Maritza: pues. Suspira triste.- si ya no hay más opciones para que ella venza esta enfermedad, lo único que nos queda es hacer sus últimos días los mejores de su vida. Me mira.

Luego de eso miré a mi mamá y tomé su mano ¿Por qué precisamente ella? ¡¿Por qué?! esa pregunta rondaba por mi mente mientras contenía las ganas de llorar pero era difícil, no quiero que ella muera, no quiero...

Maritza: ¡mamá!. Dice feliz.

Cuando voltee a ver me di cuenta ella estaba despertando y cuando abrió los ojos, nos vió y sonrió con dificultad.

Wendy: ¡mamá!. Digo con una sonrisa.
Allison: hola hijas. Intenta sentarse pero se queja.
Maritza: no mamá, no te esfuerces demasiado. La ayuda.- sólo relájate y descansa ¿si?.
Allison: lamento haberlas preocupado. Nos mira.
Wendy: descuida, sabes que siempre estaremos para ti, y más en esta etapa...
Maritza: ¡oye!. Me da un golpe en el brazo.

Me quedé viendo confundida a Maritza, mientras que ella me fulminaba con la mirada.

Allison: entonces ya se los dijo el doctor ¿no es así?. Dice un poco triste.- que no me queda mucho tiempo.
Maritza: ehh si. Baja la mirada.- pero no te pongas así, nosotras te cuidaremos y estaremos a tu lado hasta que.., llegue el momento.
Wendy: mamá, lo siento yo no quería...
Allison: descuida Wendy, pero ahora que tocan el tema necesito que me prometan algo. Toma nuestras manos.- prometanme que cuando yo ya no esté y ya no tengan más recursos para seguir, vayan al lugar donde trabajé por los últimos 14 años ¿sí?. Nos mira.- eso sí, tengan mucho cuidado, y díganle toda la verdad al que era mi jefe, estoy segura que debido a las circunstancias no dudará en aceptarlas al instante. Sonríe.

Nos miramos con Maritza por un instante y nos quedamos en silencio mientras pensábamos en lo que nos acaba de decir.

Maritza: está bien mamá, lo prometemos. Me mira.- ¿verdad Wendy?.
Wendy: sí. Afirmo.- te lo prometemos de corazón.
Allison: gracias mi niñas. Dice feliz.- me alegra escuchar eso, ahora denme un abrazo.

Sonreímos entonces nos acercamos y con cuidado la abrazamos, a pesar de la situación me alegra mucho que mi mamá se vea de tan buen humor, ella es tan fuerte, como quisiera ser como ella, una mujer fuerte y valiente.

Allison: las amo con mi corazón mis niñas hermosas. Acaricia nuestro cabello.
Maritza: y nosotras a ti mamá. Sonríe.
Allison: han sido... Lo mejor que me ha pasado... En la vida...

Cuando ella dijo eso último una máquina empezó a hacer un ruido molesto, y cuando nos dimos cuenta era la de su pulso.

Maritza: mamá. La mueve.- mamá, ¡me escuchas!. Dice preocupada.- ¿por qué no reacciona?...

Ella había cerrado los ojos.

Wendy: ¿mamá?. Digo triste.
Maritza: rápido Wendy, llama un doctor ¡¡PERO YA!!. Grita.

Asentí asustada, entonces salí de la habitación y busqué un doctor, al primero que me encontré le pedí ayuda entonces fue rápido conmigo a la habitación. Al llegar pidió que salieramos de ahí con mi hermana entonces cerró la puerta.

Yo estaba hecha un saco de nervios y desesperación en ese momento, mi mamá debe vivir, no quiero que nos abandone.

Luego de unos minutos el doctor salió y le notaba desilusionado y nos miró de manera triste.

Maritza: ¿y bien doctor? ¿qué fue lo que pasó?. Dice desesperada.
Doctor: lo lamento, pero, la señora acaba de fallecer.

Me paralice por completo al escuchar esas palabras, fue un golpe directo a mi corazón y a mi vida entera, esto no puede ser cierto, mi mamá no puede estar muerta, ¡no lo puede!.

Wendy: no.., no.., eso no puede ser cierto. Mi voz se entrecorta.- mi.., mi mamá no puede estar muerta ¡¡NO ELLA NO!!. Grito llorando.

Desconsolada y entre lágrimas intenté entrar a la habitación a la fuerza pero entre el doctor y Maritza me lo impidieron.

Doctor: señorita por favor.
Wendy: déjenme, necesito verla.
Maritza: hermana, tranquila. Dice llorando también.
Wendy: por favor que sea una maldita broma, ella no. Maritza me abraza.- mamá. Digo llorando.

Al final caí al suelo mientras seguía llorando como niña pequeña, no podía asimilar tal cosa, todo era pesadilla, una maldita pesadilla.

Querido SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora