Un accidente en la galería de arte deja a Thor con un traumatismo craneal menor y los últimos tres años de su vida borrados de su memoria. Mientras lidia con una nueva vida, una nueva ciudad, un nuevo apartamento y una nueva y fácil relación con su...
Val los invitó a almorzar. Para compensar todo el accidente, dijo, luciendo genuinamente contrita. Fueron a un café de aspecto caro al lado de la galería, y Thor se destrozó la cabeza mientras hablaba de parecer atento. Pensó en sí mismo, o al menos en alguna versión de sí mismo, comiendo aquí con regularidad, y se sintió miserable por ello.
¿Por qué no podía recordar nada de eso?
—Por lo general, pide la tostada de aguacate —dijo Val, cuando Thor descubrió que todavía no podía enfocar las palabras del menú.
—No tengo idea de si eso es cierto —dijo Thor, pero lo seguramente de todos modos.
Cuando Loki se excusó para ir al baño, Thor se inclinó cerca de Val y le preguntó:
—Oye. Oh. ¿Estoy saliendo con alguien?
Val resopló en su mimosa.
—¿Seriamente? —ella dijo.
—Te pregunto esto con la mayor confianza —entonó Thor con seriedad—. Porque se supone que eres mi mejor amiga, aunque no puedo recordarte. Lo cual también es culpa tuya.
Val puso los ojos en blanco, pero su rostro se convirtió en una expresión pensativa.
—Nunca pudo adivinar. Te ha tomado muy en serio tu arte desde que te conozco.
Thor frunció el ceño. Se considero una persona extrovertida. Le resulto fácil enamorarse y apegarse. Había salido mucho en la universidad, y luego mientras trabajaba. Ninguno de ellos permaneció realmente, pero... Thor sabía que no le gustaba estar solo.
—Es algo que siempre ha mantenido cerca de tu pecho —continuó Val—. ¿Por qué preguntas?
Thor se encogió de hombros, resistiendo el impulso de preguntar sobre la figura del cuadro. Ni siquiera sabía si estaba basado en una persona real.
—No lo sé —dijo—. Solo me pregunto, supongo.
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De lo que Thor se dio cuenta, entonces, durante los siguientes días, fue que no estaba realmente solo en absoluto.
Loki trabajaba desde casa como archivero digital, y Thor se estaba tomando un descanso forzoso, descansando en sus laureles, bromeó Loki. Pero realmente no había mucho que hacer excepto esperar la noche de apertura de su nueva exposición.
Pasaron todo el día juntos, lo que Thor no se había dado cuenta de que era algo que podía hacer sin querer matarse el uno al otro.
Aun así, era difícil leer y mirar una pantalla le daba ganas de vomitar, por lo que Thor pasaba la mayor parte del tiempo en el balcón, dibujando. Al principio empezó con un catálogo de las plantas de la casa, pero durante los días siguientes empezó a dibujar otras cosas. Loki lo ayudó a desenterrar un juego de acuarelas y Thor pasó un día entero pintando pétalos de flores.
E arte siempre lo había ayudado a concentrarse y soltarse al mismo tiempo. Los pensamientos revoloteaban por su cabeza, fugaces. Tal vez eran recuerdos. Tal vez no. Pero Thor trataría de plasmarlos en el papel de todos modos, y al final del día, él y Loki se acurrucarían durante la cena y tratarían de averiguar lo que Thor intentaba lidiar con el extraño vacío en su cabeza.
