Recién llegado

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FemaleSirius, +18, Sexo Explícito

Su espalda golpeó el frío suelo de piedra, se las ingenió para que no golpease su cabeza también.

-Que te diviertas, Snape- Dijo un Auror marchándose mientras se reía.

Miró el techo con desconchones y humedades. Había piedras de todos los colores y tamaños que no concordaban. Vio runas dibujadas y grabadas en dichas piedras, con tantos años, que bien se podrían escribir con tres cifras.

Se incorporó con las manos del frío y húmedo suelo. Se fijó en su alrededor: Los barrotes eran de metal oscuro, con runas y cintas de más runas en ellas, notaba una ligera brisa y calor en la espalda, que pronto desapareció por las nubes, pero indicaba que al menos había una ventana.

Se levantó y colocó sus manos entre los barrotes de la puerta, apoyándose en ellos y miró a un lado y al otro. Había oscuridad rota por unos pequeños candelabros en la pared como el que tenía justo enfrente de él; escuchaba alguna voz, algún grito, risas y toses, pero muy lejanos. La gente más cercana que había visto eran McNair Senior, los primos de Avery y uno de los Lestrange, aunque no supo cuál, y estaban al menos a sesenta o setenta metros de él.

Se giró.

Iba a estar solo durante toda su vida.

...

...

...

O no.

Sirius Black con un traje de carcelaria le miraba. Su pelo negro estaba enmarañado, estaba blanca pálida enfermiza, con los ojos hundidos pero tan brillantes en plata rábica como siempre, la cara huesuda desnutrida, sentada casi encogida, haciéndola parecer mucho más pequeña de lo que era...

Pero ahí.

Viva.

Delante de él.

Hasta el fin de sus días.

-No... No, no, no, no, no, no...

-Yo también me alegro de verte, Quejicus.

-Los demonios se me lleven... No... Dime que eres una ilusión causada por los dementores y te irás en unos minutos.

Ella se rió con la misma carcajada fresca que había escuchado mil veces- Siento ser la portadora de malas noticias, pero no. Estamos aquí...- Ella levantó las manos con un deje teatral- ¡Para siempre!

Se dejó caer al suelo y la miró por largo rato, deseando que desapareciera.

¿Cuántos años iba a vivir? ¿Hasta los noventa? ¿Cien? ¿Ciento veinte? ¿Todos con ella?

-Por favor... Muérete antes que yo...

Ella parpadeó- De verdad, y luego la histriónica soy yo.

Fue una experiencia HORRIBLE.

La odiaba.

Y tenerla allí era solo un recordatorio de porque la odiaba.

Era un infierno en vida.

Nunca había sido muy fuerte, pero perdió un montón de peso y en dos meses se le notaban aún más las costillas y otros huesos.

Los dementores venían un par de veces a la semana para quitarle la esperanza y traerle lo peor de lo peor.

Las palizas.

El hambre.

El frío.

La tristeza.

Las discusiones.

Las peleas.

Los duelos.

Los asesinatos.

La discusión con Lily.

Las torturas.

Las estupideces de Black y sus amigos.

Comían una vez al día, estofado agrio, pan y agua. Dormían en dos colchones finos en en suelo con una manta muy fina y compartían el baño (véase un agujero en la fría piedra) que estaba en un hueco dentro de la pared tapado por una mohosa puerta de madera.

Hablaban lo justo, casi todo insultos.

Un día, la pilló delante del rayo de sol donde solían sentarse a treinta centímetros el uno del otro cuando el clima del Mar del Norte acompañaba. Pero en vez de estar sentada como era habitual, estaba de rodillas, rezando en susurros.

-Por favor, Merlín, si me escuchas... Hoy es el cumpleaños de mi hermano...- Claro, ya estaban en Julio de 1979- Cuídale... Es solo un niño asustado incapaz de negarse al designio de mis padres...- La escuchó respirar algo más fuerte, aguantando las lágrimas- Se que el Señor Tenebroso le reclutará, por favor, protégelo ya que yo no puedo. También te pido por James, Lily, Remus, Narcisa y toda la gente de Hogwarts que se esfuerza por proteger a los niños de la guerra- Luego, se rió ligeramente- Y también protege de los Dementores a Snape- Se levantó de su cama a escucharla a ver si se estaba volviendo loco. Iluminada por la luz con una cara de loca pero serena. Real. Pidiendo por él- Está sufriendo mucho, parece que echa en falta a su madre y se siente culpable por lo de Lily- ¿Eso era lo que él gritaba cuando le atacaban? ¡No quería su piedad o su pena!- No es mal hombre, solo ha tomado malas decisiones, y muchas de esas son por culpa mía y de James. Por favor, cuídale... Gracias.

Cuando ella levantó la mirada sus ojos se cruzaron.

Negro contra Plata.

Cambiando su vida para siempre.

Ella se sonrojó- No deberías haber oído eso...

-No es como si fuera el sitio más íntimo del planeta...- Su voz era serena, aún estaba en shock. Sirius Black se sentía culpable de todo lo que le había hecho a lo largo de sus años escolares. Sirius Black había rezado para que estuviera protegido. Sirius Black iba a estar allí el resto de su vida.

-Ya... Lo siento entonces...

Sirius Black le había dicho "lo siento".

Rato después, se sentó cerca de ella en el mismo rayo de sol. Ella no dijo nada, solo se dedicó a disfrutar del calor del astro rey y él hizo lo mismo.

Y no volvió a mirarla igual.

No podía mirarla igual.

AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora