Investiga más y pregunta menos, ¿o como era?
Había pasado más o menos una semana desde que Evíl no aparece, no sé si eso era bueno o malo. Lo único que puedo decir es que mis ojeras estaban desapareciendo de forma extraña y lo digo porque he pasado noches sin dormir por miedo a que apareciera en algún momento y me hiciera algo y porque me he puesto a hacer respuestas sola. Ridículo porque no quedaba en nada.
No podía pedir ayuda, no me creerían a menos que Evíl así lo quiera, cómo pasó con Alan. Que, de hecho, tampoco he sabido nada el. Así pasaba mis tardes, dando vueltas por mi habitación buscando la manera de romper el enigma.
Sentía que estaba metida en un bolquete que no tenía salida, a menos que la encontrara.
Lo único que pasaba por mi mente era que no quería morir, y es irónico porque antes si lo quería. Tal vez solo estaba buscandole el lado bueno a todo esto.
Ya casi cumplo dieciocho y siento que no he vivido casi nada. Estar viva no significa sentirse así.
Decidí salir de mis pensamientos y bajar a verle la cara a mi madre por última vez en el día, ya que luego ni siquiera me doy cuenta cuándo regresa. Y como era normal de mí, tropecé con uno de los escalones de las escaleras y eso provocó que mi madre me descubriera en mi intento de ser discreta.
—¿Cuando será el día que camines sin apuro?— preguntó en tono sarcástico.
No le respondí y solo tome una tostada de pan y la lleve a mi boca. Ella se quedó lavando unos platos, mientras susurraba una canción cristiana. Habían tantas preguntas que quería hacerle respecto a ella y mi padre. Ella jamás me dió motivos para que preguntará sobre el, y si lo hacía, solo contestaba lo necesario. Es como si hablar de él le disgustara de alguna manera.
Lo único que sabía era esto: Esmeralda Huster y Ted Kennedy se casaron a la edad de veinte años y tuvieron una hermosa hija a la que llamaron Edén Lili Kennedy. Su matrimonio se fue destruyendo al cabo del crecimiento de su hija, se divorciaron cuando ella estaba apunto de cumplir un año y meses después Ted falleció a causa de un infarto. Edén jamás recordó nada de él.
—Lili— pronuncié. Mi madre paró en seco lo que estaba haciendo y la miré extraña—.¿Quien decidió ponerme ese nombre?— indague.
Siguió en lo suyo, pero ahora se notaba más nerviosa.
—Ted— respondió tosca.
También era eso, solo lo mencionaba por su nombre y no por «tu padre». De alguna manera, hablar sobre el era difícil, no porque le causara melancolía, sino más como algo de odio.
—No es un nombre común, ¿de dónde lo habrá sacado?— pregunté tranquila, mientras esperaba su respuesta.
Se le veía cada vez más incómoda con la conversación. Sin duda algo escondía.
—No lo sé— se limitó en responder, aún con esa voz tosca—. ¿Te gusta ese nombre?— inquirió, volteando a verme.
—No, más bien me causa intriga— respondí. Quería jugar con ella, de alguna manera sacarle información y ni siquiera sabía a donde quería llegar exactamente.
Se quedó viendome, con una mirada inquieta, buscando la manera de acabar con la conversación de una vez por todas.
—No deberías— aseguró, aún nerviosa, mientras limpiaba el lava platos—. Es un nombre— carraspeó su garganta un poco— normal.
Ahí estaba. Se le había dificultado pronunciar la última palabra, algo escondía, y no podía imaginarmelo pequeño.
—¿Por qué no hay fotos mías con papá?— seguí indagando.
—¿Por qué de pronto haces preguntas sobre él?— zanjó volteandome a ver, su respiración estaba un poco acelerada y su frente sudaba ligeramente.
La observé un momento, ¿que tan malo es hablar sobre el hombre que me ingendró?, tanto como para ponerla nerviosa.
—Es mi padre, estoy en el derecho de estar interesada en él.
—No lo conociste— me recordó de manera abrupta, eso provocó que frunciera el seño.
—¿Tenía que conocerlo para hablar ahora sobre él?— inquirí cómo respuesta—. Desde que tengo memoria solo me haz hablado de él como tres veces, y no fue nada fuera de lo normal.
Un silencio incómodo se paseó por el lugar, creando un ambiente tenso entre las dos. No obstante, nuestras miradas seguían chocando, cada una con un diferente sentimiento.
—¿Que tan incómodo debe ser para tí que causa que no quieras hablar sobre él?.
—Nacerá y buscará las respuestas....
Salió de sus labios, casi susurrando las palabras. Me confundió totalmente, incluso pude sentir un pequeño escalofrío en la nuca. Su mirada estaba perdida, o no lo estaba y eso me hacía ver. No dijo nada más, y solo se dedicó en acomodar algunos platos recién lavados.
Seguí esperando que pronunciara cualquier cosa, pero no fué así. Clavé mi vista en la nada, mientras intentaba entender toda esta conversación.
Lo único que me quedó claro es, qué Evíl no era el único misterio en mi vida. Sino que mi propia vida también.
—
Hola, de nuevo, je, je.
Solo vine a dejar este capítulo con el propósito de que sepan un poco más de la madre de Edén; ella sabe y esconde algunas cosas. Y creí que era necesario hacer un capítulo solo sobre esta tensa y pequeña conversación.Pronto aparecerá Evíl y con muchas sorpresas de como es él en realidad. No se pinten un fuck boy por favor.
Abrazos ardientes cómo el infierno mismo<3.
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SKYFALL
RandomTemido por la raza de los demonios debido a su monumental fuerza, Evíl se metió en los planes de su padre y el lo castigó con un hechizo que le otorgaba el poder de la oscuridad, pero eliminaba la belleza de todo lo que lo rodeaba y por su puesto, s...