A veces, un buen día se tuerce sin remedio.
A veces, un mal día termina con fuegos artificiales.
A veces, tu vida perfecta nunca fue tan perfecta, y tu peor pesadilla se convierte en el sentimiento más bello y desgarrador que has sentido corriendo por cada rincón de tu cuerpo.
A veces, nada es lo que parece...
Cuando he recuperado la consciencia, no sabía muy bien qué había ocurrido. La única certeza que tenía era que tenía un dolor de cabeza criminal y un estado mental de confusión que me impedía pensar con claridad. Sin abrir los ojos, he intentado recuperar del fondo de mi cerebro la última información que tenía almacenada.
Las luces de neón del centro de Seoul mientras viajaba en la parte de atrás de uno de los múltiples coches de lujo de mi padre habían dado paso a la oscuridad más absoluta mientras el chófer conducía de vuelta a la mansión que mi familia tiene a las afueras de la ciudad. Ya antes de que yo naciese, mi familia poseía una de las mayores fortunas de Korea, obtenida gracias a la venta de armas y un par de trucos de ingeniería fiscal. Lo cierto es que nunca le he dedicado demasiado tiempo a pensar en los posibles conflictos éticos de ello. Los negocios de papá siempre me han importado más bien poco, y cuando naces en una cuna de oro, tampoco te preocupa demasiado lo que le ocurra al 99% mientras tú puedes vivir entre lujos.
Estaba a punto de dormirme con la cabeza apoyada en la ventanilla, cuando el coche se ha quedado parado en el arcén. Tengo el leve recuerdo de alguien abriendo la puerta trasera y cargándome sobre un hombro. Y después de eso, fundido a negro.
Con un lento parpadeo, he abierto por fin los ojos, deseando que todo fuese una pesadilla, pero de lo primero que me he dado cuenta es que estaba en una habitación totalmente desconocida para mí. Rápidamente me he sentado en la cama donde estaba, pero una punzada de dolor en las sienes y la sensación de que la habitación giraba a mi alrededor me han obligado a tumbarme otra vez.
"Joder. Joder. Joder. Me han secuestrado", ha gritado mi voz interior. Pero a pesar del miedo que estaba sintiendo, mi cuerpo no parecía estar reaccionando a ello. Lentamente, y temiéndome lo peor, he empezado a palpar mi cuerpo, en busca de algún indicio de haber sido abusado. Pero, salvo la ausencia de la cartera y mi teléfono, mi ropa parecía en su lugar, y a pesar del malestar general que tenía, no parecía estar ni siquiera herido. Al otro lado de la puerta, he oído unos pasos acercarse, por lo que me he obligado a sentarme mientras las náuseas se apoderaban de mí.
- Buenos días, Aurora – Ha dicho una voz masculina al abrir la puerta – Ya pensaba que no te ibas a despertar nunca.
- ¿Quién coño eres? ¡Socorro! – He gritado con todas mis fuerzas, haciendo que el dolor de cabeza se amplificase.
- Ay, cállate – Ha respondido él con voz molesta - ¿De verdad te piensas que por gritar te va a oír alguien?
- ¡Sácame de aquí, hijo de puta! – He chillado con rabia - ¿Pero tú sabes quien soy yo?
A pesar del pasamontañas que tenía puesto el hombre que me miraba desde la puerta, he podido ver cómo sus cejas se elevaban mientras en su boca se dibujaba una sonrisa socarrona.
- Precisamente porque sé quién eres estás aquí, Kim Taehyung, hijo de Kim Do-yun, presidente de ArmyCorp.
Tendría que haber predicho que, si estaba aquí ahora mismo, no era porque un pandillero cualquiera hubiese dado con la persona equivocada, sino porque yo siempre había sido el objetivo desde el principio. Tratando de reconducir la situación, he hecho lo que cualquier hombre de mi posición hubiese hecho.
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Estocolmo [TERMINADA]
FanficKim Taehyung nunca se ha preocupado de los negocios de su padre, viviendo toda su vida entre lujos. Pero eso cambia el día en que es secuestrado por un misterioso y profesional criminal llamado Jeon Jungkook. A veces, un buen día se tuerce sin reme...