IV

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Al fin estaban en casa, ¡Merlon estaba en casa al fin!, todo aquel trayecto desde esa otra ciudad hasta donde estaban ya actualmente fue un poco tedioso, pero había valido la pena y Quackity no podía estar más feliz por ello.
No solo tenía de vuelta a su niño si no también era mucho más unido a Luzu, sentía que todo estaba yendo muy bien, era casi como un sueño, pero por suerte no lo era, aquella era su realidad y era de lo más genial saber aquello.

Las visitas no se hicieron de esperar en la casa del azabache, literalmente todos sus amigos hasta los mismísimos Ivan y Carre habían llegado a celebrar las buenas noticias, habían hecho una pequeña fiesta improvisada en dónde el centro de atención era el pequeño Merlon quien contento recibía los mimos y regalos de sus tíos.

—y entonces cuando nos enteramos vinimos lo más rápido que pudimos, claro que Iván fue el más desesperado por venir— le comentaba un alegre Carre al pequeño que tenía sentado sobre sus piernas

—tío Ivan, yo también te quiero mucho— y el pequeñito le dedicó una de sus bonitas sonrisas al mencionado

—basta enano, es demasiado para mi— Ivan quien algo apenado al verse exhibido por su novio solo atinó a dejar pequeñas palmadas sobre la cabecita del niño

Por otro lado tenemos a los recientes padres quienes contentos veían a su pequeño convivir tan alegremente con los demás

—Gracias Quacks— soltó de repente el castaño, al cual el mencionado vio con una interrogante en su rostro —gracias por darme una familia—

Quackity quedó sorprendido por aquella declaración, sin saber que decir dejó que el mayor continuara

—cuando estemos solos tengo algo muy importante que decirte, ahora vamos con los demás, bonito— concluyó Luzu para después dejarle un suave beso en la mejilla al más bajito el cual quedó un momento embobado por la repentina acción

"Cómo me gusta este hijo de la chingada"

Fue lo que pensó el patito

**

La noche había caído ya, hace un buen rato que la fiestita que hicieron para Merlon había terminado y todos ya se habían marchado, el niño estaba dormido en su habitación y solo eran Luzu y Quackity los únicos despiertos en aquel hogar, estaban en la cocina charlando como solían hacerlo siempre, no podían faltar las risas y malos chistes por parte del menor y claro... Aquella mirada llena de amor que el mayor le dedicaba al contrario.

—por cierto Lusu, ¿Qué era eso que querías decirme?—

Luzu se acomodó en su lugar carraspeando un poco, miró al chico por unos momentos y después se puso de pie y colocarse frente a él, Quackity miraba todo expectante, tenía una corazonada pero quería escuchar lo que le diría su querido Luzu

—Quacks, tu y yo nos hemos conocido hace ya un tiempo, sorprendentemente logramos congeniar rápidamente y por ello nuestra amistad se hizo fuerte, prácticamente sé muchas cosas de ti así como tú de mi, de igual manera yo estuve para ti como tú para mí— guardo silencio un momento viendo el rostro del contrario

Y vaya que Quackity parecía muy emocionado por lo que estaba escuchando, su carita denotaba esa expresión de felicidad que Luzu conocía a la perfección pero a ello se le sumaba la forma en como lo veía, sus ojitos denotaban cariño puro y sincero, su lindo Quacks era como un librito que solo él podía leer a la perfección. Algo más seguro continuó

—a lo que quiero llegar es que inevitablemente caí completamente por ti, tu hermosa personalidad y todo se ti me cautivó totalmente, desde las cosas más pequeñitas hasta lo que es más notorio en ti, amo todos los detalles que te componen y te hacen ser el lindo Quackity del cual me enamoré, así que por favor, déjame adorarte y amarte como si fuera la última cosa que siempre quisiera hacer, por favor déjame ser tu pareja— terminó por decir, un notorio sonrojo se instaló en su rostro al haberse abierto así con sus sentimientos hacia el menor

Y Quackity, bueno, estaba hecho un pequeño tomatito, totalmente embobaba por las dulces palabras que su amado Luzu le había confesado, Luzu lo amaba, su Luzu estaba tan enamorado de él como él del castaño
¡Su Luzu y él serían novios!

—¡Claro que sí, acepto, acepto, acepto! Te amo Luzu— y sin pensarlo mucho se lanzó a los brazos del mayor a la vez que dejaba pequeños besos por todo el rostro del castaño

Luzu rio encantado, estaba demasiado feliz, al fin pudo decirle a Quackity todo lo que sentía y aunque no estaba en sus planes que el menor lo aceptara en ese mismo momento ¡Había salido mejor de lo que esperaba!. Tomó entre sus brazos al azabache y cargándolo estilo princesa lo llevó hasta la habitación que ahora compartían entre risitas y bromas.
Una vez allí lo dejó suavemente sobre la cama y se colocó sobre él, mirándolo con todo el amor del mundo

—te amo, mi dulce Quacks—

—te amo mucho más, mi Lusu—

**

Gracias por leer!

—Nonito out

¡Dad, dad and me! | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora