IX

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Y así sin más las semanas pasaron rápidamente, entre anécdotas, discusiones que se arreglaban y más llegamos hasta el tan ansiado día de la boda, claro que no fue sencillo pues los más estresados eran Rubius y Alexby ya que eran los organizadores pero afortunadamente todo salió bien, aunque habían pequeños detalles como el hecho de que Quackity no quería llevar un traje blanco ya que se sentía como "muñeco Ken" y Luzu que no se sentía conforme con que la recepción fuera tan grande.
Pero eran pequeños detalles, llevandonos así al tan esperado día.

Rubius caminaba de un lugar a otro dando la últimas indicaciones, luzu ya estaba por llegar y Quackity estaba en camino, el oso solo esperaba que todo saliera bien pues con la suerte que se cargaba su hermano nadie sabía que podía pasar pero rezaba a todos los dioses con que todo saliera perfecto y bien.
Pasaron unos cuantos minutos hasta la llegada de Luzu, se le veía bastante bien, lucía seguro e incluso imponente pues aquel traje hacia resaltar aún más sus facciones pero en verdad el pobrecito Luzu era un manojo de nervios y aún no se creía que se iba a casar (una vez más) con su lindo Quacks

—Lucio, anda hombre que se te ve bastante bien, ¿Estás listo?— le preguntó su buen amigo Vegetta

El castaño le miró unos segundos y soltó un suspiro haciendo reír al contrario

—Todo va a salir bien, ya lo hiciste una vez, la única diferencia es que ahora vas a tener que sellar tu lazo con Quackity una vez más frente a más gente pero que más da, imagina que solo son ustedes dos otra vez, no pienses en nada más— concluyó el azabache dándole unas palmaditas en la cabeza en forma de ánimo.

Y al parecer funcionó pues Luzu sintió un pequeño alivio, su mejor amigo tenía razón, después de todo, todo aquello era para él y Quackity, no importaba nada más.
Sonrió y cuando estaba por responderle a Vegetta un segundo auto se estacionó de repente y de ahí bajó su futuro esposo, nadie se esperaba esa entrada para ser precisos, pero vaya que había sido una gran entrada, el patito lucía como el ángel más precioso que Luzu haya visto nunca.
Su pelo oscuro sin aquel gorrito que siempre usaba era curioso a la vista pues nadie lo había visto sin este pero a los ojos de Luzu, se veía precioso, junto a ese traje blanco y los pequeños retoques que se había dado en el rostro para verse aún más bonito de lo que ya era habían lo había embelesado completamente

"¿Realmente estoy por casarme con el ser más hermoso, puro y perfecto de este mundo"?

Pensó el castaño, le era tan increíble como habían pasado de ser dos simples desconocidos a ser compañeros de vida, porque Luzu creía firmemente en aquello, Quackity era su alma gemela, el amor de su vida y nada ni nadie le haría dudar de ello

—verga, llegué en mal momento verdad?— dijo el patito algo apenado haciendo reír a Vegetta y a Rubius (aunque esté último de lo irónico e inesperado que había sido su llegada)

—llegas en el momento oportuno, patito— respondió Luzu con una sonrisa al mismo tiempo que extendía su mano para tomar la del contrario

Quackity le sonrió y tomó su mano sin vacilar, entrelazando sus dedos y acercándose hasta estar a su lado

—Entremos juntos mi vida, este es nuestro gran momento, hay que deslumbrar a todos allá dentro— Luzu comentó haciendo reír al contrario

—Vamos a brillar entonces Lusu— concluyó Quackity dejándole un pequeño beso en la mejilla a su próximo por segunda vez esposo

Rubius suspiró entre divertido y cansado, ahora que veía ya a los novios sintió que un peso se le iba de encima aunque aún tenía algo molestándole, pero no le dio importancia y se llevó a Vegetta consigo para dar inicio a la ceremonia.

¡Dad, dad and me! | luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora