Capítulo 4. HOTEL GRAN PRISMA

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Astaroth y su nueva vida.

ROTH

La mañana del sexto día con Selin, mi padre llegó muy contento a mi recámara.
El día parecía brillar más con esa sonrisa dibujada de oreja a oreja, incluso sus arrugas de los costados de sus ojos y esa caminar orgulloso y un tanto fanfarrón en mi humano padre, apostaba que podía apreciársele a kilómetros de distancia.

—¡Buenos días, tengan ustedes jóvenes bellos!

«¿Qué mierda le pasa a padre?»

Selin y yo estábamos en mi horario de terapia física, aunque ella no era experta en este tema, ya que Tobías es el que lo hacía durante la mayor parte de la semana, se podría decir que esta chica no es tan mala.

—Buen día, señor Rasmussen— dijo, Selin. Después mi padre se me acercó y besó mi frente.

Selin levantaba una de mis piernas al momento que doblaba mi rodilla y hacía masajes en mi muslo y pantorrilla.

—Hijo, ¿cómo vas?— preguntó, al instante que acarició mi rostro después del beso y, miró a Selin como indicándole que dejara lo que estaba haciendo por un momento. —Selin, por hoy puedes tomarte la tarde libre. Regresarías a las 8 de la noche, ya que mi hijo y yo iremos a un sitio. Así que no son necesarios tus servicios por unas largas horas. Clemente...— «que es el mayordomo principal de la mansión y casi familia» —me ayudará con Roth.

«Padre, sé a qué sitio te refieres. Pero insisto en que solo será otro estafador que te endulzará el oído con falsas esperanzas sobre mi recuperación.»
Suspiré con cansancio y un poco decepcionado por la situación de una famélica recuperación que nunca llegará y de la cual mi padre aún se aferra.

—¿Estás bien, Roth?— me pregunto rápidamente Selin. Mi padre también pareció percatarse de ese suspiro pesado. Pero yo sólo pude cerrar los ojos como indicándoles que estaba bien. Ellos sonrieron.

Para las 2 de la tarde, después de haber ingerido los alimentos, mi padre ya estaba junto a mí viajando rumbo al hotel "Gran Prisma".
Selin se había quedado en la mansión, mi padre le dijo que si necesitaba ir a su casa y regresar, un chofer estaría a su disposición.

Me gustaría conocer la casa de Selin. También me gustaría salir a pasear por la ciudad con ella como personas... normales

«¿Qué estará haciendo Selin ahora mismo? ¿Se iría a su casa?»

Espero que este viaje no se prolongue demasiado. Aunque mi padre le dijo a Selin que regresaríamos como a las ocho de la noche, espero que se haya equivocado.

—Hijo, ahora vas muy tranquilo— dijo repentinamente, mi padre. —Sé que no te he sacado de la mansión mucho últimamente, pero es por seguridad. Sabes que me gusta darte tiempo de calidad y, en este momento ha sido difícil por la situación de la empresa.

Padre parecía dispuesto a contarme sus problemas en el trabajo. Aunque me gustaba escucharlo e idear soluciones que nunca podía expresarle, parecía que mi padre en verdad recibía respuesta de parte mía, pues al finalizar la conversación siempre cerrada con un: —"Ha sido de gran ayuda tu consejo, hijo"—. Algo que debo admitir me hacía sentir de alguna manera una persona útil.

—Señor, estamos llegando— avisó, Clemente. Él iba sentado en la parte delantera y, el conductor José iba recibiendo instrucciones para dejarnos en un lugar específico del hotel y recogernos al finalizar.

—Bien. Cuando lleguemos necesito que te mantengas alerta al costado de Roth—.
Padre siempre le daba la misma indicación a Clemente. Y es que el mayordomo principal y más antiguo de la familia Rasmussen también era un profesional estratega de misiones rescatistas, así como un ex perteneciente a las fuerzas élites del ejército. En pocas palabras era un mayordomo-escolta personal mío cuando salía de la mansión.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2022 ⏰

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