Tela de Araña

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Draco estaba experimentado un sentimiento muy curioso. Recordaba que en el pasado había sentido cosas como odio, rencor y hasta miedo, pero nunca algo como eso. Y  después de reflexionar un rato, noto que lo que sentía era... culpa. Draco Malfoy sentía culpa y esta no se desvanecía por más que quisiera, sentía culpa por haberle mentido a Astoria y a...Orión. Llevaba quince minutos caminando de un lado a otro en la habitación de Blaise, pensando en esto una y otra vez e intentando pensar que haría a continuación.

─ ¿Y ahora que harás? ─ pregunto Blaise, pegándole un susto de muerte. Blaise se hallaba recargado sobre la cama, sus ojos de perro lo miraban con inteligencia.

─ No es como si pudiera seguirles...en estos momentos desconozco en donde se encuentran.

Blaise lo miro enfadado, tanto como lo puede hacer un caniche.

─ Y no piensas hacer nada, recuerda que tu madre corre peligro...y no solo tu madre, también toda Europa, si ese grimorio cae en manos equivocadas.

Draco miro irritado a su amigo. Aún estaba enojado con Blaise por no hacer nada mientras le sacaban los libros y el traslador, pero tenía que admitir que su amigo que aún estaba en forma de caniche, no habría podido hacer nada más que ladrar patéticamente.  Mientras caminaba por la habitación se detuvo frente al espejo colgado frente a la cama de Blaise. Se veía pálido y con ojeras moradas, y ni hablar del estado en el que se encontraba su ropa.

─ Me importa poco lo que pase con Europa y con el resto del mundo, yo solo quiero salvar a mi madre.

─ Entonces hazlo, piensa un plan brillante y sálvala... es que acaso no eres el mismo mago, que hace un año ingreso a varios mortifagos a Hogwarts bajo las narices del mismísimo Albus Dumbledore, o el que derrumbo las protecciones del impenetrable ministerio de magia y les robo un poderoso libro.

─ Muy fácil decirlo Blaise pero....

Draco se había quedado en blanco y su cara había adquirido un matiz enfermo.

─ ¿Que sucede? ─ le pregunto Blaise preocupado.

─ Se me ha ocurrido algo, una idea de quién puede estar detrás de todo esto...

Los dos se quedaron en silencio, Blaise tenía miedo de decir algo y arruinar la concentración de Draco, justo cuando se había decidido por preguntarle más al rubio, unos golpes se escucharon, junto con voces que provenían de la planta inferior de la casa.

─ ¿Qué es eso? ─ pregunto Blaise

Draco se acercó a la puerta y la abrió un poco, por una rendija pudo observar como la señora Zabini  dejaba entrar a algunos hombres de aspecto extraño, al observar mejor Draco noto que varios tenían las insignias de los aurores.

Tomo su varita y murmuro un encantamiento para asegurar la puerta.

─ Tu madre llamo a los aurores, dime que tu habitación tiene una vía de escape.

Blaise que aún mantenía su forma de caniche, corrió hacia un gran cuadro cerca de su cama  que mostraba un calmado paisaje irlandés.

─ Por aquí ─ indico ─ ni siquiera mi madre sabe que existe, lo lamento no sabía que mi madre haría esto.

─ No importa.... ¿tienes los mapas del ministerio de los que hablaste? ─ pregunto mientras abría el cuadro

Blaise se metió debajo de su cama y arrastrándola con su boca, saco una maleta negra que contenía unos mapas antiguos. Y antes de que Draco se lo colgara Blaise salto al bolso en el que cabía perfectamente en su forma de  caniche.

The Veil of Death (The Draco Chronicles #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora