Capítulo 1
T.
Me senté en una de las bancas esperando a Albert, el mayordomo de mi tía Betty con la cual me quedaría aquí en Londres mientras me profecionalizo en lo que mejor sé hacer: Fotografía. Desde que tengo memoria lo único que he hecho es fotografiar cada "momento asombroso" en mi vida, pero, siendo sincero, creo que le estoy dando demasiada importancia a esos momentos colocandolos en la categoría de asombroso. Sin embargo, mi entusiasmada madre, la cual es periodista -de allí mi amor por la fotografía- categoriza la caída de una hoja de su amado árbol de tomates como un momento asombroso. Y si creen que estoy exagerando, pues están equivocados.
-¿Trevor Anderson? -Dice un hombre en traje negro que a mi parecer puede estar pisando los 40, su tez era seria pero al mismo tiempo amable y cordial.
-Si -Digo sin ningún entusiasmo, la verdad es que no me alegra haber dejado mi vida, mis padres y mis amigos para venir a Londres, mi madre insistió ya que, además de que ella estudio en este lugar, dijo y la citó "Tu tía Betty te extraña, además de que allá tendrás una mejor educación y, un nuevo sitio donde podrás explorar y sacar más de tus asombrosas fotografías no te caerá mal" a lo cual respondí "Esta bien" haciendo una mueca.
-Es un placer -Dice el hombre del traje extendiendo su mano- soy Albert, el mayordomo de la señorita Betty -Me levanto estrechando su mano mientras digo- el placer es todo mio.
Albert toma mis maletas, me ofrezco a ayudarlo pero se niega y con un "Sígame por favor" nos dirigimos a la salida del aeropuerto. Nos subimos en un Audi a3 color negro y nos vamos a la casa de mi tía. Durante el trayecto no dude en tomarle fotos a la ciudad, mamá tenia razón, hay muchos lugares aquí que puedo fotografiar.
Al llegar, mi tía sale de la casa corriendo y me abraza fuertemente por el estomago mientras me da millones de besos en la mejilla, sonrío y la apretó por los hombros entre mis brazos.
-Vortie mi amor -Me suelta un poco y me examina de abajo hacia arriba- mírate, has cambiado mucho, hasta estas mas alto que yo
-Y tu no has cambiado nada -Digo sonriente
Me mira fijamente a los ojos, noto un brillo en su mirada color verde avellana que siempre lograba y sigue logrando hacerme feliz. La última vez que la vi, yo tenia 15 años y ella 24, mi rostro quedaba en su pecho y le encantaba consentirme. Mi madre la regañaba ya que cuando ella me castigaba, mi tía me consentía dándome lo que mi mamá me quitaba.
-¿Cómo estuvo tu viaje? -Pregunta mientras caminamos hacia la puerta
-No me quejo -Digo mientras le rodeo el cuello con mi brazo derecho
Niega mientras baja la cabeza y sonríe. Ella era la única que lograba entender mis indiferencias y mis actitudes. Entramos a la enorme casa de mi tía; su sala era como ver mi cuarto y el de mis padres juntos, tenia un enorme mueble con cojines blancos, una mesa del té de vidrio negra sobre una alfombra del mismo color , una televisión pantalla plana de 80 pulgadas, cuadros pegados en la pared y una ventana que mostraba parte de el patio de atrás.
-Sientate, te traeré unos bocadillos -Dice mi tía mientras camina hacia la cocina
-En realidad tía quisiera ir a mi habitación a arreglar mis cosas -Digo señalando con mi pulgar las escaleras
-Hagamos un trato, yo te ayudo a organizar mientras tu me cuentas como te ha ido ¿trato? -Estira su mano, chocamos palma, puño arriba, puño abajo, medio y chasqueamos los dedos.
Toda la tarde me la pasé hablando con mi tía sobre mi "interesante" vida y ella me contaba sobre la suya la cual si entraba en la categoría de interesante. Después de arreglar mis cosas, me mostró su enorme casa y me hablo de como funciona algunas cosas en ese lugar -Londres.
Me acosté a las 23:54 aunque mi tía me había dicho que lo hiciera a las 21:00 ya que al día siguiente debía ir a la que será mi nuevo lugar de estudio, osea la universidad.
"Que emoción" -Pensé
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Can You Be My Nightingale?
RomanceLas luces de la ciudad iluminan el camino dándole a las calles la apariencia de estar rodeada de magia. Una melodía suave y pacifica de un piano tocada por un genio penetra el silencio. La señora sentada en el asiento del copiloto toma la mano del s...