Capitulo 5.

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Sunoo iba de un lado a otro, alertando a todos en la casa.

-Papá, ¿ya tienes listo el auto?

Su padre asintió y el pelirosa dirigió la mirada a su madre.

-¿Ya te has terminado de arreglar?

-Sí hijo, solo falta Jisoo.

Sunoo se dirigió con pasos rápidos hacia la habitación de su hermana y le apresuró para que se marchasen.

Su querida hermana por fin había decidido presentarles a la familia de su novio a sus padres y estaban felices por ello. A Sunoo le daba igual, el nunca tuvo una relación, solo una vez cuando tenía 15 se declaró a un chico pero éste pasó de el y ni siquiera tomó en cuenta sus sentimientos. Fue suficiente para que Sunoo ya no quisiese siquiera pensar en salir con alguien.

Cuando ya estaban rumbo a la casa de los Yang, la familia de Sunoo se encontraba ansiosa. Sabían que existía la posibilidad de que su hija contraería matrimonio pronto y eso era muy bueno.

-¿Es aquí?- preguntó el señor Kim

-Sí, ya llegamos.

El pelirosa observó el lugar, parecía ser un barrio tranquilo y la casa se veía más amplía de lo que esperó.

Tocaron el timbre y esperaron pacientemente. Se escucharon pasos desde adentro y la puerta se abrió, una mujer de cabello negro los recibió con una cálida sonrisa.

Decir que Sunoo estaba encantado sería decir poco, le fascinó la decoración del lugar. Era tan elegante, tan limpio, tan fresco. Se había quedado con una sonrisa boba.

La mujer los invitó a pasar hacia la sala de estar, el pelirosa miraba todo con atención. Un señor que reconoció como el señor Yang los saludó y se unió a la conversación.

-Tiene usted una bonita casa. - le dijo Sunoo a la señora Haneul.

-Oh cariño, gracias. Si supieras cuán difícil es mantenerla.

-Me lo imagino. ¿Se refiere a por sus hijos?

-Jin es muy limpio y ayuda a su madre. - saltó el señor Yang, defendiendo al muchacho. - Es Jungwon el desastroso.

Sunoo le miró confundido.

-¿Jungwon?

Y como si el lo hubiese llamado, el nombrado apareció

bajando las escaleras.

¿Yang Jungwon?

Sunoo creyó que debía ser una broma de muy mal gusto.

–¡Por fin bajas, cielo! Te estábamos esperando para cenar.

–Buenas noches.– saludo Jungwon sin ganas.

Cuando su mirada encontró la de Sunoo se sintió como una patada en los genitales.

Ahora Jungwon tenía al enemigo en su casa.

Ahora Jungwon tenía al enemigo en su casa

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"𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora