Capitulo 24.

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Cuando Sunoo por fin llega a su casa luego de un largo día en el instituto, lo primero que hace es ir al sofá y desplomarse allí. Extrañamente se había quedado dormido y había llegado tarde a clases, gracias a Jeongin que lo estuvo entreteniendo con mensajes de texto hasta altas horas de la madrugada.

En todos su años como estudiante jamás le había pasado algo como quedarse dormido, esa mañana pidió muchas disculpas al profesor, aunque no fuese estrictamente necesario. Por lo tanto, después de pasar por tanto, en ese momento lo único que quería hacer es descansar.

Pero al parecer todo estaba en su contra, puesto que al instante que sentía dormirse, su madre le habló.

-Ve a ducharte cariño, saldremos.

Negó con la cabeza y no formuló palabra alguna, estaba demasiado cansado.

-Haneul me ha llamado para que vayamos a cenar, pero si quieres puedes quedarte, no es necesario que vayas si no quieres...

-¡No! Voy a ir.

Se levantó de un salto, cogió su mochila y subió las escaleras corriendo para llegar cuanto antes a su habitación, dejando a su madre con las palabras en la boca.

Al parecer todo el cansancio se le había ido de repente, ya que de maquillaba alegremente frente al espejo. Cuando terminó buscó sus mejores prendas, una camisa morada y pantalones de jeans negros. Se colocó unos pendientes y bajó a su sala, donde sus padres lo esperaban.

Estaba nervioso por algún motivo, en el camino intentó distraerse con su móvil pero aún así no lo logró. Mordió sus labios, inquieto. Los recuerdos de la noche de hace dos días se le vino a la mente una vez más, Jungwon acariciando sus labios contra los suyos le había pegado tan fuerte, puesto que no podía pensar en otra cosa que no sea en eso.

De verdad que intentaba sacárselo de sus pensamientos, pero todo en su interior se negaba ante esa idea y se le era imposible. Y es que ¡Se supone que ellos dos deberían estar odiándose! No lanzándose miradas indiscretas y tener acercamientos que a esas alturas se le era prohibido.

Cuando mira a su alrededor, ve que han llegado y se arregla discretamente el cabello. Últimamente había estado pensando en cambiarlo a rosa, quizá le sentaría bien un cambio de look.

Haneul y el señor Yang los reciben cálidamente, Seokjin y Jisoo se escabulle a algún lugar de la casa tratando de pasar desapercibidos; y sin su hermana que era la única que le daba conversación se siente aburrido. En la sala de los Yang, mientras sus padres charlan esperando la cena, vuelve a sacar su móvil para entretenerse, fallando en el intento nuevamente.

En eso levanta la vista y pilla a Jungwon bajando las escaleras, al parecer recién salido de la ducha ya que lleva el cabello mojado. Evita mirarlo pero es una misión imposible, la camisa blanca que el pelinegro está usando se le pega al cuerpo y le hace lucir un pecho fuerte y duro.

Sunoo se da una cachetada mental y saluda a Jungwon verbalmente, maldiciendo porque éste se vino a sentar a su lado. Puede oler la fragancia corporal del pelinegro y se atreve a pensar que es deliciosa, huele a limpio, a hombre...

La conversación de sus padres empieza a ir en terreno peligroso y quiere hacerse bolita en el sofá.

-En dos semanas es su cumpleaños y haremos una fiesta familiar, claramente ustedes están más que invitados querida... - escuchaba a su madre susurrarle a Haneul.

Odiaba cuando su madre organizaba cosas así y no le avisaba. Bufó e interrumpió antes de que el tema se haga conocer más.

-¿Puedo pasar a tu baño, Haneul? Por favor.

"𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora