El ansiado fin de semana había llegado para Jungwon, aunque no haría nada más que salir con sus amigos esa noche, el estaba contento. La razón era obvia, estaba evitando a toda costa que un pelirosa se metiera en su cabeza porque de verdad necesitaba un poco de tranquilidad.
No hizo nada más que jugar videojuegos y dormir. Su padre se había ido a hacer las compras con su hermano mayor y podía escuchar a su madre llamarle desde el piso de abajo.
No tuvo remedio más que levantarse con mala cara e ir hacia su progenitora.
-Bebé, ¿tienes planes para esta noche?- le preguntó Haneul, su madre.
Jungwon se rascó el cuero cabelludo, nervioso.
-Mamá, ya te he dicho que no me llames así, me avergüenzas.
-Eres mi bebé y te callas.
El pelinegro rodó sus ojos disimuladamente.
-Como sea, sí, tengo planes esta noche. - murmuró.
-Que mal, vas a tener que cancelarlos.
Jungwon se quedó mudo, mirándola, pidiendo una explicación.
-¿No te lo había dicho ya? Bueno, se supone que la familia de la novia de Jin vendrá a cenar esta noche.
Había visto muy pocas veces a la novia de su hermano porque de verdad no lo interesaba ni en lo más mínimo esa relación. Ni mucho menos conocer a su familia.
-Pues que bien, pero no me interesa participar de esa cena aburrida mamá, ya hice planes.
-¡Pero le va a pedir compromiso! Y tienes que estar. - le recriminó la madre.
Un suspiro pesado salió de los labios de Jungwon, quien asintió de mala gana. Pensaba que luego de la cena podía ir a algún lugar divertido y pasarla bien.
Se retiró del lugar mientras su madre susurraba "ese es mi bebé" contenta por aún poder controlar a la bestia de su hijo.
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