Noche Kagehina

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Hola hola hola, este capítulo va dedicado a SayakaShionaya,

Caminan o eso intenta Hinata ya que Kageyama lo lleva jalando del brazo

—Muchos confían ciegamente, y en el mundo en el que vivimos, jamás confíes, al menos es lo que haría yo.

— No me lo tienes que decir, por favor no quiero - sus ojos se ponen acuosos mientras las lágrimas amenazan con salir.

—No quieres ¿Qué?, ¿Acostarte conmigo? ¿Ser un omega dócil? O ¿Irte de aquí?

Cuando Hinata le iba a responder llegaron frente a la puerta de la habitación, el cual Kageyama la abrió inmediatamente, adentrándose los dos y cerrando la puerta.

—Un delicioso aroma paso por su olfato, olía a vainilla, era muy tentador, su situación actual estaba en un cuarto junto a ese alfa de mal genio, mientras sentía como era examinado de los pies hasta la cabeza.
Soltó un pesado suspiro y suavizó sus facciones, una falsa seguridad, ahí fue cuando el pequeño Omega por fin comprendió que estaba a punto de ser devorado por el lobo.

—N-no te acerques -retrocedio dos pasos mientras Kageyama avanzo hacia el hasta quedar a escasos milímetros de si rostro.

—¿Que no me acerque? Pero si solo quiero que te sientas bien, es que acaso ¿No sabes lo que pasa cuando una oveja se encuentra con un lobo?

—Trago duro, sentía las sensaciones acumularse en su cuerpo, ese calor de cuando su celo estaba demasiado cerca, de verdad que jamás debió confiar pero ya estaba allí y que pasará lo que tuviese que pasar otra falsa rendición.
El azabache le acaricio su mejilla, era más que obvio la razón por la cuál lo llevo a ese cuarto, el sabía que Hitoka no hacia nada a menos que ganase algo con ello y a pesar de ser un alfa torpe se dio cuenta que había algo más mezclado en la bebida, comprendió todo cuando sintió como se celo llegó de repente y ahora se disponía a tomar al Omega que había elegido por el momento.

Levantó su rostro y fue allí cuando vio ese bello rostro tratando de no ceder ante su Omega interior que buscaba salir, porque si la droga también había hecho efecto en el Omega.
Se relamio sus labios algo resecos, mientras veía con detenimiento esos labios rosados, carnosos, se preguntaba cuál sería el sabor de esos labios.
Fue cuando se fue acercando más y más hasta que sus labios rozaron, fue algo sutil, pequeño, delicado pero lo suficiente como para dejar de lado toda la cordura y entregarse a la lujuria.
Ambos empezaron un beso que lo fueron profundizando, conforme avanzaban en el beso empezaron una guerra con sus lenguas que terminó ganando el azabache, llevando de esa manera el ritmo del beso, que se hubiese prolongado mucho más de no ser por la falta de aire.
Kegeyama se alejo un poco y con la poca cordura que le quedaba se limito a alejarlo y buscar algún supresor dentro de esa habitación.

Hinata al sentirse rechazado por ese alfa puro, bajo la cabeza instintivamente, Kageyama al notar eso, se aventuró a dejarle en claro que no quería lastimarlo de alguna manera.
—Amm, tú no quieres esto, es solo por lo que ingeriste, mañana te arrepentirás y te la pasarás llorando -buscaba de un lado a otro pero nada, no encontró nada.

Hinata se acerca al alfa y empieza a pasar sus manos por encima de la ropa de este, y poco a poco bajo su mano para llegar a la parte íntima de el alfa empezando a masajear lentamente por encima de la tela, el alfa se muerde el labio mientras el Omega lame su cuello, pero no solo se quedó ahí, decidió desabrocharle el pantalón para dejar al descubierto la erección que el más alto tenía, y entonces lo empujó para que se sentará en la cama, tomo entre sus manos el pedazo de carne mientras empezaba a masturbarlo arrancando unos gemidos del azabache.
—lo tienes grande, y estás duro, no me entrara todo, -se preparo para iniciar hacerle la felación.

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