Me perteneces

Sangre

Hola chicos y chicas, les e subire una nueva historia, se llama “Ni lo sueñes" es una adaptación, es una historia cien por ciento Kagehina.

Les invito a que pasen a leerlo❤️ y sin más iniciamos.

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—¿Que hacemos?

—Es muy obvio, matarla—hablo el otro.

La familia Hinata, estaba llena de secretos, y entre ellos ambos hermanos habían sido catalogados como “angeles de la muerte".

Durante años ese nombre había estado en boca de todo mundo, había muertos en cualquier lugar, uno en una calle, otro en su casa, incluso a plena luz del día, ejecutaban sus crimenes.

La policía buscaba a alguien mayor capaz de cometer semejantes actos de muerte, pero después por un error de la hermana menor de Shouyo, los encontraron.

Tokio sucumbió ante la noticia, dos jóvenes menores de  15 años de edad, eran los responsables de tanta masacre.

Shouyo decidió tomar toda la culpa, dejando a Natsu fuera de todo eso. Siendo Shouyo Hinata señalado como el único culpable de cada una de las muertes, condenado a pasar toda su vida encerrado en una celda.

Pensar que por encerrar a Shouyo iba a terminar todo, estaban equivocados, en cuántos los Hinata dejaron de matar, la mafia empezó a ejercer más poder aue nunca.

Ring ring ring.

—¿Si?

—Hola rubia, te tengo una bonita sorpresita —y una sonrisa se dibujo en su rostro.

—¿Quién habla? —y se dirigió hacia su portátil, no por nada tenía a los mejores líderes en tecnología, empezó a rastrear la señal.

—Ni lo intentes Hitoka, porque no me encontrarás a menos que yo quiera —remarcando el yo.

—No me subestimes —contraataco la rubia.

—Una mañana de brisa azul, ¿Lo recuerdas?

Hitoka quedó de una pieza, estaba claro que lo recordaba obviamente, esa era la clave para entrar a una de las casas más protegidas del líder del clan Kageyama.

—Como olvidarlo, Natsu.

—Por fin —dijo sonriendo —me encantan los juegos, y Sho también. Supongo que ya se dio cuenta.

—No se de qué hablas Natsu —quiso desentenderse.

—Yacchan, que cruel, tú hiciste todo eso en aquel tiempo, me contactaste a mi en vez de mi hermoso hermano, y caí, es verdad, pero ahora yo te daré un pequeño regalo.

Y llegando Shirabu a dónde estaba la rubia le entrego una caja, decorado vistosamente.

—Abrelo —le indicó Natsu.

En cuanto Yachi abrió la pequeña caja, saco un envoltorio, era un pequeño estuche de mariposa, y al abrir el estuche, lo vio, el dedo anular de una personas.
Para ser exactos el de Shimizu.

—¿Sabes que Kiyoco no quería cooperar? Tuvimos que inmovilizarla, pero créeme fue divertido, cuando gritó —la risa de Natsu no era nada calmada, estaba eufórica, cualquiera creería que se había vuelto loca pero no era así.

—Sueltala —ordeno la rubía.

—Ooo, ¿Pero tú no mandas Yachi? Es más, no estás en posición de ordenar.

—Te e dicho que la dejes, fui yo quién te entrego, fui yo quién manipuló todos los hilos para hacer caer al clan Hinata, y tú Natsu caerás una vez más —amenazo la rubia.