Sunwoo
Débil.
El Dios de la guerra había caído en la locura. "Soy débil" Se decía. Se había visto en el espejo, las ojeras que oscurecian sus ojos y lo hacían ver sombríos, rogaban por descansar un poco.
Tras la partida del Dios de los sueños, la brecha que dejó en sus ciudadanos era muy grande. El insomnio y las pesadillas son un vaivén.
El rumor de una diosa muerta ya se podía escuchar en los rincones del Reino. No era Alma, se trataba de Lizzy, y estaba seguro que ella lo atormentaría por mucho tiempo más.
Tomó un poco de agua, y luego un poco más, y no conforme con aquello, se sirvió un poco de vino para saciar su sed.
Y en menos de un hora estaba de pie junto al gran arco del castillo de YoungHoon. Lo recordaba más pequeño y simple, con el jardín un poco más limitado y con peldaños de roca. Ahora era todo un castillo digno de admirar, con estructura detallada en cada esquina, gárgolas, peldaños esculpidos y un amplio jardín con árboles frondosos. No cabía duda de que YoungHoon era extravagante en términos de apariencia.
Sunwoo miró el jardín por última vez y luego entró al lugar, atravesó algunos pasillos para finalmente encontrarse con la figura de YoungHoon, que para su sorpresa, no parecía el mismo. Algo era distinto en él, no sabía con exactitud, pero no le daba las mismas vibras de chico bonito que toma la situación con mucha calma.
— Has cambiado — Comentó el Dios de la guerra llamando la atención de YoungHoon.
—Sunwoo — Dijo YoungHoon apenas vió al contrario. Se puso de pie lentamente, como si su cuerpo le doliera. Pero en realidad estaba sorprendido, sus labios se encontraban entre abiertos y sus ojos fijos en Sunwoo.
— Sorpresa.
— Sí, me tomaste por sorpresa — El mayor baja los peldaños hasta estar frente a frente con su antiguo compañero. — Tú también has cambiado, y mucho. Dime ¿qué ha pasado contigo? — Younghoon pregunta con curiosidad.
Sunwoo relaja su semblante levemente. Parecía que los ojos le pesaban. Mordió su carnoso labio inferior y desvió la mirada, más bien, bajó la cabeza. Sentía vergüenza con solo pensar en que algo lo atormentaba día y noche sin parar, tenía pena de demostrar que no podía con sus problemas, o más bien de exponerlos a todo el mundo.
Su mirada se enfocó en la mano de Younghoon; delgada, larga y pálida. Pero lo que lo había desconcertado eran las raíces verdes que sobresalían.
Younghoon oculta su mano detrás de su cuerpo.Algo estaba mal.
— ¿A qué viniste? — Indaga El Dios de la belleza.
— ¿Aún no la superas? — Replicó Sunwoo — Younghoon, vengo en busca de ayuda, pero al parecer tú necesitas más ayuda que yo. ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? ¿Ahora te dedicas a la magia negra? No eres Juyeon...
— ¿Y tú qué vas a saber? — Interrumpe Younghoon con mirada expresiva y voz irasiada. — Tú no tienes la menor idea por lo que yo he pasado. Todo este tiempo en el que tú estuviste como ermitaño encerrado en tu torre de princesa, yo me la pasé investigando, buscando pistas del paradero de Juyeon. Eso es lo que estuve haciendo todo este tiempo. Y si viniste para decirme que hacer, pierdes tu tiempo.
Sunwoo guardó silencio, después de unos segundos resopló en una corta carcajada incrédulo de lo que había escuchado. Puso sus manos en sus caderas y miró al contrario.
— Usa los cristales ¿No que controlan todo? — Sugirió con obviedad.
— ¿Eres estúpido? Esos objetos no tienen tal poder, ya deberías saberlo. Además, no los podemos mover de dónde están.
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LA SOMBRA DE LA OSCURIDAD ͟͟͞͞➳ The Boyz
Fantasy¿Que quien soy? Yo soy el miedo de los niños en una noche oscura y fría, soy las esperanzas que se pierden en el tiempo las voces que se apagan en el viento, la sangre que mancha el suelo, soy la razón por la cual existen las armas y la palabra "gue...