No existe ningún libro de este ship que trate de esto así que, que más da lo haré yo
Creo que ya muchas personas reconocerán de que se trata esto ¿no?
Pero para los que no
Esta historia tendrá varias historias diferentes (como un one-shot) que so...
Las 3:45 pm decía el reloj de mano que llevaba el de cabellos negros, miraba la ventana notando como el cielo lentamente comenzaba a oscurecerse por varias nubes grises que de vez en cuando soltaban algún trueno. Iba a llover y no traía nada para cubrirse, solo su suéter azul marino.
3:55 pm comenzaron a caer las gotas una tras otra, comenzaba lento para después ir más rápido escuchando la sinfonía que hacían al chocar contra el suelo provocando que las fosas nasales del chico se llenarán de ese olor tan característico de tierra mojada.
4:12 pm la luz del instituto se corto haciendo que las clases que seguían se cancelen, suerte para el chico de nacionalidad mexicana, tenía un examen del cual no había estudiado.
Los pasos resonaron por todo el lugar, algunos carros estaban en la entrada mientras que otros salían con paraguas.
Se iba a mojar si caminaba a casa, suspiro y saco se celular del bolsillo del suéter que llevaba para buscar el contacto de su madre.
— Dime Alex — hablo una voz femenina del otro lado del dispositivo
— ¿Puedes venir por mi? Estaba lloviendo muy fuerte y no traje paraguas — hablo en un tono bajo
— Agh Alexis te había dicho que iba a llover pero acá señorito nunca me hace caso, perdóname pero no, no iré por ti — sonaba enojada el pobre de alas doradas solo respondió con un leve "okey" para después colgar y llamar a su padre.
— ¿Qué quieres? — la voz gruesa de se padre hizo que se estremeciera sabía que le podía decir algo peor el
— ¿Puedes venir por mi..? — trato de no tartamudear
— ¿Solo para eso me llamaste? ¿PARA DECIR QUE VALLA POR TI? — el moreno se comenzó a atemorizar haciendo que cortara la llamada rápidamente.
Guardo su celular en su mochila y alzó la mirada, la lluvia seguía más fuerte, miró a todos lados en busca de alguien que le pudiese ayudar pero nada, suspiro pesadamente se coloco el gorro de su suéter y salió del techo de la institución, enseguida sus prendas comenzaron a empaparse mientras caminaba por los charcos que se formaban en la acera.
Camino bastantante, comenzaba a tener frío y empezar a toser, se estaba enfermando pero no había nada por hacer, hasta que sintió como las gotas dejaban de caer en sobre sus prendas, miró hacia arriba viendo un paraguas siendo sostenido por una mano con garras, miró de quien era.
Un demonio de cabellos y cuernos negros que se mezclaban con su piel, de resplandecientes ojos blancos y con una estatura la cual le sacaba casi dos cabezas. Era su amigo Bad.
— Quackity estas muy mojado — lentamente fue quitando el gorro de su suéter azul marino
— Lo se, mis padres no quisieron ir por mi — su mirada se dirigió al suelo viendo como las gotas de sus prendas caían
— Me hubieras buscado —
— Pensé que ya te habías ido así que no tenia otra opción que mojarme — se encogió de hombros
— Bueno ya no importa, ven te invito a mi casa — con su mano libre tomó la otra mano del menor comenzando a caminar
— N-no hace falta Badboy — soltó un ligero estornudo para después cubrirse la parte de la boca
— Si sigues mojandote terminaras más enfermo y tu casa queda mas lejos —
— Bueno esta bien, si insistes —
Los minutos pasaron y con eso la lluvia seguía igual de fuerte haciendo inevitable que los zapatos de ambos se mojasen, al llegar al destino el de ojos blancos de apuro a entrar dándole paso al mexicano.
— ¿D-donde dejó mi suéter? — no se movió de la entrada si lo hacía iba mojar todo por donde caminara
— Iré a buscar una toalla y algo de ropa — escucho un estornudo de quackity —Y prepararé chocolate caliente para ti, se te nota algo enfermo — el humano asintió ni tenía de otra
Pasaron un par de minutos cuando Halo volvió, con una toalla y un suéter suyo.
— Entra al baño ahí te puedes secar y cambiar, también hay una secadora para tu cabello — señaló una pequeña puerta, quackity solo asintió para dirigirse a ese pequeña habitación con lo que Bad había traído
Ya había pasado 30 minutos ambos chicos ahora estaban disfrutando se un rico chocolate caliente junto unas galletas que el mexicano no se había comido en el recreo de la escuela.
Este mismo estaba vestido con un suéter del mayor que le llegaba hasta casi por debajo de las rodillas aunque estaba calentito como para quejarse.
— Gracias Bad — dio otro sorbo al chocolate caliente
— De nada Quackity — sonrió
Quién diría que sólo ese pequeño gesto haría que el mexicano comenzará a sentir calidez en su pecho cada vez que estaba con el
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