El vestido era el más hermoso que había visto en su corta vida, blanco casi igual al color de su piel y con adornos con piedras que le daban un toque brillante. Ya habían pasado 5 años desde la última vez que había visto a su príncipe y hoy por fin llegarían al altar para cumplir con su sueño de ser la reina y esposa de Jungkook.
Era un día con un sol radiante y cielo despejado, todo el castillo estaba con personas corriendo por todos lados para terminar los preparativos a tiempo, mientras que en la habitación principal se encontraba aquella figura alta y musculosa que robaba suspiros de damas, pero eso jamás le interesó a Jungkook, su mente estaba fuera de aquellas paredes imaginando poder sentir aquel calor sobre su cuerpo y aunque lo niegue, tenía cierta intriga por ver a su futura esposa. Desde hace 5 años observó aquellos ojos miel que de vez en cuando aparecían entre sueños, sin embargo, nunca se dio el tiempo de querer pensar más.
El salón donde se realizaría la boda estaba adornado con muchas flores amarillas y blancas, toda la gente estaba llegando y ocupando los lugares asignados, los reyes y padres de la princesa estaban ubicados al fondo en sillas reales con grandes adornos, el padre estaba en su lugar y Jungkook se encontraba parado justo frente al altar con una frialdad que aquellos que lo rodeaban podían sentir aquel frío. Las trompetas anunciaron la llegada de la futura reina y todos voltearon hacia la puerta para poder admirar al bello ser que hacía presencian por las grandes puertas del salón real, todos admiraron excepto una persona, la más importante para ella, la única que a ella de verdad le interesaba que la viera, pero jamás volteó, ni siquiera cuando llegó a su lado. No hubo beso, no hubo cogida de mano, solo unos ojos vacíos que la miraron por un momento mientras colocaba el anillo y ella mentiría al decir que no sintió decepción, que su corazón no dolió un poco.
El banquete y la fiesta estuvieron presentes después de la unión de los nuevos reyes, todos bebieron y comieron hasta saciarse, sin embargo, dos personas no disfrutaron nada, solo probaron un pequeño bocado en toda la noche y no bailaron. Después de unas horas más, el ahora nuevo rey Jungkook se puso de pie y le tendió la mano a su nueva esposa para dirigirse a sus aposentos, todos murmuraron a la espera de un nuevo heredero, pero otros eran los planes de aquel hombre, desde esa noche el sufrimiento y alejamiento que Jungkook la iba a hacer sentir empezaría.
YCM
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Dynasty ||Jeon Jungkook & Lalisa Manoban||
Fanfiction"Creí que habíamos construido una dinastía para siempre" Desde el día de mi nacimiento estaba destinada a ser la reina de este reino, sin embargo, el día en el que conocí al futuro rey me di cuenta que mi vida no sería como los cuentos de hadas que...