Los grandes magos se reúnen

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Inglaterra, Londres
Ministerio de magia
10:00 AM

—¡Esto es inaceptable! ¡Jamás había ocurrido algo así! ¡Ustedes tienen la culpa! ¡Y más su secretaría!

—Le pido por favor que no mencioné a la señorita Granger. Ella no tuvo nada que ver con esto

—Entonces ¿Ya sabe quién lo hizo?

—Aún no, mas no dude que llegaremos al fondo de esto señor Abbott

—Entonces no meta las manos al fuego por la señorita Granger, no estamos seguros quien fue quien filtro esa lista, actualmente todos los miembros más cercanos a usted son los principales sospechosos, ministro Schacklebolt

—Gracias señor Prince pero créame cuando digo que ella misma es capaz de defender su honor a capa y espada

—En ese caso que la señorita Granger muestre su defensa sólida porque como sabemos todos en esta sala la tenemos como la principal sospechosa

—Gracias por preocuparde por eso señor Riddle pero como ya dije confíe en la señorita Granger. Si esto es todo por favor vayan retirándose, hay muchas cosas que organizar.

Todos los candidatos se retiraron de la oficina de Schacklebolt. Cada integrante empezó a conversar con quién tenía al costado para intercambiar ideas de lo que había ocurrido, no obstante, Severus no tenía con quién compartir su opinión con nadie después de todo la única que se encuentra caminando casi a su costado es el señor Riddle por lo que puso oír y puede deducir a ciencia cierta que es alguien solitario que trabaja meticulosamente, un pensamiento algo inusual en un mestizo pero no imposible. Al parecer saco más sangre pura que de muggle, tenía mucha suerte.

—¿Usted cree que fue la secretaria Granger como todos dicen?

—¿Perdón..?

—Disculpe mis modales, me presento soy Tom Riddle –Estirando las manos–

—Muy bien señor Riddle –Estrechando su mano– soy Severus Prince pero creo que ya lo sabe

Tom mostró una sonrisa "algo" avergonzada

—En efecto, aunque no tengo una buena memoria quise prestarle atención para saber cómo sería uno de mis rivales, lamento si eso le molestó

—En efecto, fue algo inquietante pero no sé preocupe podemos empezar de cero y llevarnos bien hasta los debates que se aproximan

—Claro, sería todo un honor señor Prince

—Y respondiendo a su pregunta sobre la señorita Granger no creo que fuera ella, después de todo es una persona inteligente y dudo que ella se pondría la soga al cuello cuando todos sabemos que luego de filtrada la lista ella sería la principal sospechosa y no creo que quiera de enemigos a muchos sangre puras como nosotros.

—Al parecer no soy el único con tal mentalidad –sonrie– me atrevo a decir que estoy casi seguro que fue un nacido de muggles que la paso mal al lado de un sangre pura para que hiciera tal cosa.

—Es bueno saber que estamos en sincronía señor Riddle –Alza la mano– me tengo que retirar mi esposo y mis hijos me esperan en casa, un gusto conocerlo

—Lo mismo digo, quizás uno de estos días podamos salir a cenar y sigamos compartiendo nuestras ideas –Le estrecha la mano–

—Entonces esperaré su carta

Tom observa como el señor Prince se alejaba a paso moderada pero cualquiera diría que está apurado en retirarse del ministerio. Riddle sin la menor vergüenza empieza a seguir a Severus a paso lento para que nadie sospeche pero esa tarea se hace cada vez más difícil con tantos funcionarios y periodistas que rondan por ahí y hacen que su campo de visión sea menos visible. Entre tanto esquivar a personas se termina chocando con una y la menos deseada por él

—Disculpeme señorita Skeeter

—No se preocupe señor Riddle, al parecer estamos destinados a encontrarnos jajaja –Sacando pluma y papel– que le parece si me concede una exclusiva para el diario El Profeta sería un honor que uno de los candidatos me diera su punto de vista –Sonrie–

—Bueno...yo ya iba de salida pero creo que tengo algunos minutos como sabe las personas como nosotros andamos algo ocupadas en estos días

—Claro, claro, no me tomara mucho tiempo

Riddle solo se limito a sonreír y responder brevemente a las preguntas que le hacía Skeeter y en su mente solo rondaba que este día no podía volverse peor a cada minuto. Primero, tenia que ir de inmediato al ministerio porque la lista de candidatos para futuro ministro se filtro. Segundo, tenía que soportar a los sangres pura que no podían pensar con su única neurona que les quedaba y tercero, no pudo averiguar el por qué Severus Prince desprendía un olor casi indetectable que le hacía viajar a tiempos pasados, no era una coincidencia que aquel olor apareciera en el aeropuerto y ahora está impregnado en ese sujeto.

Sí, este día no podía estar de mal en peor.

Los Días Del Ayer, No Regresarán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora