Los Días Del Ayer, No Regresarán

Velada sangrienta

Surama Watanabe se podría decir que se crió en la realeza de los pura sangre, siempre obedeciendo las órdenes de la familia principal, quienes eran los más poderosos, podría decirse incluso del mundo, con un poder sin limitaciones eran los más respetados y ella solo era un peón más del tablero a pesar de que ella portará el apellido Prince, un apellido muy importante en todas las familias. No era muy reconocida ya que pertenecía a una rama sin importancia hasta que llegó ese día, el día de la velada sangrienta.

Se había casado a temprana edad con un sujeto japonés de alto renombre, mejor dicho la habían obligado a casarse. Lucho y lucho para que nunca se concretase ese matrimonio pero ¿Qué podía hacer una niña de 15 años?. Nada. No podía hacer nada. Solo quedaba resignarse y cumplir sus obligaciones.

Surama no conoció a su prometido hasta el día de la boda, algo "muy increíble", sus padres no querían que lo conociera para que no objetara nada y no causará mala impresión a su prometido. Recuerda muy bien ese día cuando una parte de ella murió. Aquel 20 Agosto su inocencia se fue al igual que sus ganas de vivir.

Los meses después de la boda pensó que iban a hacer una tortura pero la realidad le golpeó fuerte. Siempre pensó que se iba a casar con tipo feo y viejo, muy a pesar de que su raza no permitiera "personas feas". Ahora se preguntaba que llamo la atención de ese guapo japonés que actualmente era su esposo, no tenía nada de especial se podría decir que era una chica normal aunque no lo fuera. Él tipo con quién se casó era muy amable con ella, la había sentir segura, linda, hermosa, preciosa y muchos más adjetivos que le vinieran a la mente. Con el tiempo empezó a quererlo pero no ha amarlo. Hasta que llegó el día en que todo cambio.

Era el cumpleaños de la futura esposa del líder y por capricho de esta, todas las familias incluidas las ramas secundarias estaban invitadas, algo alocado si le preguntasen a Surama, por ende ella estaba invitada. Todo están llendo muy bien pero como dicen lo bueno dura poco y eso le ocurrió a la mayoría de los que se encontraban en la sala incluida ella.

Todo ocurrió tan rápido que ni siquiera podría explicarlo.Decenas de lobos invadieron el salón de baile y empezaron a aniquilar a cualquiera que se cruzase en el camino. Todo sucumbió a un caos que duró alrededor de una hora. En esa hora todo fue matar o morir. Ella y su marido no fueron la excepción de aquella masacre pensó que ese día iba a morir tragada por un hombre lobo algo de lo que jamás se imaginó.

Lo único que recuerda claramente es como en medio de salvar su vida se tropezó con un cuerpo tirado en medio de un pasadizo. Por propia física su cuerpo tropezó queriendo levantarse y volver a empezar a correr. Un lobo gruño detras de ella, visualiza como este se abalanza hacia su dirección su mente quedo en blanco y solo cerro sus ojos a esperar su final pero este nunca llego. Con la duda en su cabeza abrio los ojos y ve como aquel sujeto que se convirtió en su esposo está delante de ella con el lobo ensima suyo. Sora, su esposo con su último alimento le grita que huya de allí y no mire atrás y eso fue lo que hizo, corrio y corrió hasta escapar de aquella mansión que se había convertido en la tumba de muchos.

Y ese día otra parte de Surama murió.
Cuando todo se estabiliso, era hora de enterrar a los muertos, indudablemente muchos habían quedado viudos, eran pocas las mujeres que habían perdido a sus maridos, con el tiempo podían volverse a casar y ya está pero dentro de todo eso estaba Surama, la más joven en quedarse viuda, estaba en boca de todos, su familia la miraba con desprecio algo a lo que se había acostumbrado con el tiempo.

Mientras enterraban el ataúd de su marido y su medio hermano, no boto ninguna lágrima, no había un por que y al parecer llamo la atención de una persona, mejor dicho de una mujer que nunca se había esperado que le dirigirse la mirada siquiera.

Eillen Prince desde ese día se volvió como una guía en toda esa oscuridad, mientras que otras le daban las condolencias, ella le daba la fortaleza para seguir adelante y poder ser alguien que no se dejase pisotear por los demás.
El día en que Eileen dió a luz, ella juro con su vida que protegería a ese niño a toda costa y en la actualidad aún mantienes ese juramento y piensa cumplirlo cuando sea necesario.

—Eillen...Severus está buscando información sobre aquello –Comento la peli blanca a través del celular–

—Bien..creo que es momento de que sepa la verdad –Respondio Prince a través de la línea–

—Bien...le haré saber lo que ocurrió a penas termine de contarle todo a mi sobrino –Con eso se terminó la llamada– Es hora de desenterrar al muerto