Miraculous Chronicles: My Magical Adrien

Capítulo 12

- ¡Adrien... ADRIEN! ¡AAAAAAAAAADRIEEEEEEEEEEEEN!

Marinette cayó en el suelo de lado, sin poder soltarse a sí misma y sin dejar de llorar. La chica gritaba y sollozaba, repitiendo el nombre de su amado. Barbara la miraba desde lejos y una sensación de tristeza la invadió. Ella misma había decidido hacer de todo para detenerla, y lentamente empezó a entender a Marinette. ¿Ella no habría hecho lo mismo? De tener los mismos poderes y perder a Olympia, ¿Ella misma no habría buscado lo mismo que la chica? Por muy en desacuerdo con ella, no pudo evitar ponerse de su lado.

Quería acercarse a ella. Arrodillarse y buscar calmarla. Recordó las palabras que Jess, su ex asistente en New York y compañera heróica ahora llamada Eagle, le dijo antes de irse.

- Ladybug no es mala persona... Yo sé que hizo esto por una razón. Entiendo que estés muy enojada, pero por favor. Escúchala primero...

El duro corazón de Barbara había sentido el peso de la desesperación de Marinette. Y aunque sabía que hizo lo correcto, no pudo sentir más que culpa.
Lamentablemente, eso no fue lo mismo para Olympia.

- ¡Ahora estás pagando lo que le hiciste a Aeon!

La mujer de cabello negro vio a Majestia. La poderosa mujer lloraba de rabia y sostenía en sus brazos el cuerpo inerte de Uncanny Valley. Estaba desactivada por completo, y miraba al vacío con un ojo desactivado. Ella misma se sorprendió soltando una discreta lágrima al darse cuenta que la androide estaba muerta.

- O-Olympia, espera...

- ¡NO, BASTA! ¡Ahora ella va a escucharme! - Dijo la rubia y se dirigió a Marinette, quién estaba recostada en el suelo, aún llorando. - Aeon... Mi dulce Aeon murió tratando de detenerte y lo logró! ¡Ahora tú tendrás que pagar lo que le hiciste a esta ciudad! ¡AHORA TÚ ERES LA VILLANA, LADYBUG!

Marinette sólo siguió llorando, tratando de lidiar con el nivel de dolor en su pecho, el cual le quitaba el aire con cada sollozo. Ella estuvo por varios segundos recostada de lado. Sus rodillas pegadas a su pecho y sus manos cubriendo su rostro, repitiendo una y otra vez el nombre de su amado.

Y de pronto, una voz llamó su atención.

- ¿M-Marinette?

La chica abrió sus ojos violetas en dirección a la voz que había oído y se encontró con Alya. La chica apenas y podía tenerse en pie sobre la cantidad enorme de escombros que la rodeaban y respiraba agitada, dando a entender que vino corriendo hasta donde ella estaba.

- T-tu grito... Se oyó en toda la ciudad. - Dijo la morena, incrédula. - Realmente... Realmente eres tú.

Marinette se levantó hacia la chica lentamente. Sin dejar de llorar, ella levantó los brazos en busca de un abrazo. Del consuelo de su mejor amiga.

- Alya...

Pero recibió una sorpresa aterradora. Alya levantó su mano a la altura de su pecho, en señal para que se detenga, mientras su mirada ahora describía furia. Furia pura hacia Marinette.

- ¿Cómo pudiste...? Tú... Eras mi amiga... ¡¿CÓMO PUDISTE HACERNOS ESTO?!

- ¿Qué...?

Marinette miraba confundida a la morena, mientras veía como más de sus amigos de clases y varios ciudadanos de París se acercaban hacia ella, gritando enojados.

- ¡Es ella!

- Realmente es ella...

- Es un monstruo... ¡Un monstruo!

Marinette podía ver a todos. Nino caminaba hacia ella enojado. También Luka, sosteniendo a Anarka. Jagged con Penny al borde del llanto. Ondine se aferraba a Max al igual que Kim, ambos sin dejar de llorar. Cada vez más gente iracunda se acercaba a la joven. Juleka tomaba de la mano a Rose, pero esta última la miraba con tristeza. Era la única que no tenía la ira o el miedo en su rostro.