COMETA HALLEY

CARTA

Querida Ana.

¿Así es que se empieza
una carta, no?.

Da igual,
me importa una mierda.

Queridísima, Anita.

Quizá estés terriblemente enfadada, por lo poco que te he contado sobre mi cáncer, la metástasis, el diagnóstico de vida y esos detalles varios.

Te entiendo,
porque yo también me enfadaría.

Yo te golpearía.

Pero, no lo sé, es algo que, simplemente,
no sabes cómo llevarlo, porque es difícil.

A veces, damos tan por sentado la vida, que cuando nos dicen que se acaba, de repente, que caduca... No sabemos qué hacer.

No quería lastimarte.

No quería lastimar a nadie.

Sólo quería cuidaros,
cuidaros de mí.

Yo, tan bomba de tiempo.

Todo este tiempo, intentaba evitaros tanto dolor y también, prepárate. Por eso te hablaba tanto, tanto, de mi muerte.

Y quizá ha funcionado o quizá no, no lo sé,
pero, en este momento, sólo quiero
pedirte perdón, Mi Amor.

Estoy a contrarreloj desde hace mucho,
pero si no lo sabías, no iba a dolerte.

Perdón, también, por mis pocas
ganas, de todo, últimamente.
(Era parte de lo mismo).

Quizá ya he muerto,
quizá no.

Sólo sé una cosa, mi Ana...

Hay eternidades,
que en tu pecho,
nunca acaban.

Hay cometas,
que siempre vuelven.

Hay amores,
para siempre.

Te quiero.

Cris, xo.