Su vida estaba bien, por primera vez luego de mucho tiempo, se sentía bien consigo mismo. Se sentía bien aceptando que estaba solo, que el amor ya no era para él. Estaba perfecto.
Hay veces en la vida donde las cosas simplemente no se dan, donde los caminos se separan aún si las partes que los recorren no lo quieren de esa forma. Eran incontrolables, las vueltas que daba la vida, y se debía llegar a un acuerdo de comprensión para no volverse loco con ellas.Un amigo cercano siempre le había repetido que comprometerse demasiado era un peligro, y su yo de tres años atrás siempre respondía que se callara, que nunca lo había experimentado, que no lo entendería. Su yo del presente, en cambio, quería golpear a aquel inocente chico, que con tan solo veinte años creía que podría comerse el mundo entero, que los tiempos difíciles solo se vivían si así se quería. Era iluso, un niño pequeño. A veces se extrañaba.
Pero sin embargo por fin estaba bien, por sin se sentía uno consigo mismo otra vez. Había un pedazo faltante en su pecho, por supuesto que lo había, pero cada día dolía un poco menos, y eso le funcionaba de momento. Le era suficiente.
Así que no entendía por qué, de todas las posibilidades, tenía que llegar ese día en este momento. Él estaba bien, estaba perfecto, por fin se sentía a gusto. Por fin estaba sanando luego de hundirse, de sentir que lo había perdido todo. Todo estaba yendo tan bien.
— Hola.— la voz al otro lado de la línea logró que cada parte de su cuerpo se estremeciera, por poco había olvidado el sonido de esa hermosa melodía, de aquellos labios que tantas veces le habían llamado el amor de su vida. Le odiaba tanto.
— Deberías estar celebrando... Felicidades por tu boda— aún se cuestionaba internamente qué le había hecho responder esa llamada. Tal vez una vieja costumbre de ver ese nombre en la pantalla, tal vez una búsqueda de confirmación para saber, porque necesitaba saber, si las fotos subidas en una de sus cuentas eran falsas, que realmente no había sucedido. Hyunjin estaba bien, pero todavía le seguía en cada red que podía, todavía miraba sus viejas fotografías y recordaba donde se encontraban aquellas que se habían tomado juntos. Aquellas que el chico había eliminado de su perfil desde hacía mucho.
— Gracias— esa simple palabra de cortesía se coló profundo dentro de su pecho, por supuesto que agradecería, debía ser el día más emocionante de su vida, que alguien le reafirmara esas emociones era mérito de agradecimiento. Pero si ese fuera el caso, no le estaría llamando, no a esa hora, no en su boda.
— ¿Qué quieres, Chan?— su tono permaneció de lo más tranquilo, la vista escapando hacia el ventanal de su habitación que se encontraba a un par de metros de su cama, esa ventana que Chris le había ayudado a pintar apenas se mudó. Por varios meses convivieron juntos dentro de esas cuatro paredes, y todo parecía bien.
Él ahora estaba bien, pero aún utilizaba los hoodies olvidados de su ex para dormir. Justo como en ese mismo instante, dónde escondía suave su nariz en el cuello de la prenda, buscando un aroma que desde hacía años se había borrado.— Yo solo...— sabía que estaba indeciso, sabía que sus palabras estaban diseñadas para dañarle. Llevaba años esperando esa llamada, y de todos los tiempos, debía ser ahora, cuando se encontraba bien— Felix es quien me hace feliz.
Fue como si le tiraran piedrazos a su corazón, por supuesto que así era, no podía ser de otra forma. Era obvia la situación, su esposo era quien le hacía feliz. Claro, porque Chris también estaba bien. Tan bien como él.
— ...Ambos sabemos que yo no soy al que tratas de convencer con eso— y aún si ambos estaban bien, las palabras salieron ásperas y resentidas, tal vez no era él quien hablaba en ese momento, tal vez se trataba de ese pequeño chico de veinte años que fue dejado atrás, a quien no supieron poner de prioridad. Así era la vida, así eran sus vueltas. Y él estaba bien. Estaba bien con que ese niño hablara.
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OS Skz
FanfictionRecopilación de one shots sobre Skz con distintos ships basados en canciones.