𝗲𝗽𝗶𝘀𝗼𝗱𝗶𝗼 𝟬𝟯

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Es viernes por la tarde cuando Yeonjun llega a recoger a Yuna de su entrenamiento de fútbol

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Es viernes por la tarde cuando Yeonjun llega a recoger a Yuna de su entrenamiento de fútbol.

Aquel día, sorprendentemente era tranquilo y el rizado estaba emocionado por llegar a casa y escuchar las cosas que su hija había aprendido el día de hoy. Se había vuelto una rutina, escucharla hablar sobre los entrenamientos mientras él hacía la cena, o escuchar algo relacionado con el entrenador.

Lo cual Yeonjun no iba a engañarse a sí mismo (porque ya es un adulto y puede reconocer lo que es tan claro como el agua) que el entrenador de Yuna era bastante atractivo y amable, tenía un encanto del cual Yeonjun no está acostumbrado a encontrar, y era casi imposible no quedarse mirando cuando interactuaba con su hija.

Por lo poco que había podido ver, claro.

Aquel viernes llega temprano y se encuentra a Yuna riendo por algo que Soobin había dicho junto a otro niño, que asume es el amigo del que Yuna a empezado a hablar. Sonríe mientras se acerca, y hay una sensación extraña que se forma en su pecho cuando los ve reír por algo que Soobin estaba contando.

—¡Papi! —Yuna grita alegre al verlo y corre hasta a él para abrazarlo.

—Hola bebé, te extrañé mucho —dice tomándola en brazos y abrazándola con fuerza, con una enorme sonrisa.

—¡Y yo, y yo!

—¿Que tal ha ido? ¿Te has divertido?

—¡SI! —asiente eufóricamente— He parado un gol!

Yeonjun sonríe aún más ante la emoción de su hija, que parece ser la niña más feliz del mundo.

—¿Si? Eres toda una portera bebé.

Deja a Yuna de vuelta en el suelo, y su mirada cae en Soobin quien los mira con una pequeña sonrisa.

—¿Tienes todas tus cosas? —Yeonjun le pregunta mirando de nuevo a su hija, sintiéndose un tanto nervioso ante la mirada del castaño.

No sabía porque, pero aquel hombre tenía el poder de ponerlo nervioso con tan solo dedicarle una mirada. Quizás es el recuerdo de sus mejillas encendidas por sus propias palabras la última vez que se vieron que le hacen sentir de aquella manera.

Yuna asiente y toma del suelo su mochila amarilla, se la coloca en los hombros con rapidez y se dirige hasta donde el castaño se encuentra.

—Entrenador Bin, ya me voy. —Soobin asiente.

—Nos veremos el lunes pequeña portera, será divertido.

—¡No puedo esperar! —exclama con la máxima emoción en su pequeño cuerpo, dando saltitos de un lado a otro mientras toma la mano de su padre.

—Adiós —Yeonjun se despide en un susurro, esta vez mirando fijamente a los ojos azules del castaño.

Soobin sonríe causando que pequeñas arrugas se formen alrededor de sus ojos.

#¡𝗘𝗻𝘁𝗿𝗲𝗻𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗕𝗶𝗻! ˢʲDonde viven las historias. Descúbrelo ahora