𝗲𝗽𝗶𝘀𝗼𝗱𝗶𝗼 𝟬𝟲

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—¿Papá? —Yuna dice mientras Yeonjun mueve sus manos mojadas y llenas de champú por la cabellera de la pequeña

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—¿Papá? —Yuna dice mientras Yeonjun mueve sus manos mojadas y llenas de champú por la cabellera de la pequeña.

Se encuentran en el cuarto de baño de su acogedor hogar. Yuna está dentro de la gran bañera, la cual está llena de agua caliente, espuma y un patito que flota de un lado a otro. El olor a jabón es todo lo que les rodea y después de todas las emociones que había sentido horas atrás por fin encuentra un momento de tranquilidad entre las paredes blancas de su cuarto de baño.

—Dime cielo —dice en un tono relajado.

—¿Por qué nos hemos ido tan rápido? No le he podido decir adiós al entrenador Bin.

La tranquilidad dura poco cuando aquel nombre aparece otra vez, y Yeonjun pone una mueca de incomodidad aunque su hija no pueda verla.

—Había que irse —intenta decir de la manera más suave posible, como si en realidad no hubiera pasado nada.

—Pero tú dices que irse sin despedirse es de mala educación. —y aunque Yeonjun no pueda verla porque está de espaldas a él, sabe que su hija tiene el ceño fruncido.

—Lo es —suspira. Porque ciertamente lo era.

—¿Entonces? —la niña aprieta los labios— ¿Te has enfadado con el entrenador Bin?

Yeonjun suspira de nuevo y aparta las manos del cabello de su hija.

—No, cariño.

La niña se gira en la bañera para poder quedar frente a su padre y mirarlo con aquella expresión que gritaba regaño.

—Tú siempre me dices que hay que decir si algo nos molesta, porque la otra persona no puede leer la mente. Que es importante comunicar los sentimientos.

Rueda los ojos como un niño pequeño, maldiciendo el momento en el que dijo aquello.

—No tengo que comunicar mis sentimientos con tu entrenador, él es solo eso, tú entrenador.

—Pero el entrenador Bin te hace sonreír, le gustan tus galletas y estoy segura de que quiere ver sus películas favoritas y llevarte a una cita —dice apoyando sus manos mojadas en el borde la bañera mientras levanta las ceja de arriba abajo.

Yeonjun entonces suelta una pequeña risa ante las palabras de su hija, de algún modo, le hacen sentir un poco mejor que ella piense eso. Al menos uno de los dos lo hacía.

—¿Tú crees? —le pregunta entonces.

—¡Sí! —exclama con emoción— Kai dice que los ojos de sus mamás brillan cuando se miran, y los del entrenador Bin brillan mucho cuando te está mirando a ti.

Yeonjun mira a su hija con adoración y se muerde el labio ante eso, pensarlo le da vértigo, ¿Pero y si su hija tenía razón? Tal vez, el universo estaría de su parte, esta vez.

#¡𝗘𝗻𝘁𝗿𝗲𝗻𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗕𝗶𝗻! ˢʲDonde viven las historias. Descúbrelo ahora