Sintió que el alma se le iba a los pies apenas se hizo el silencio, pero contuvo las ganas de llorar. Le iba a decir que sí, ¿qué más podía hacer? Después de todo, ese era su deseo, y Jimin le quería demasiado como para impedirle ser feliz.
"Le quería", era la diferencia entre Taehyung y su primer marido. A Anikan lo amaba, pero ya se había dado cuenta de que lo que sentía por su nuevo amante era algo diferente. Aun así le dolía su petición.
— Jimin— lo escuchó susurrar—4 que el rubio tuvo que pedirle que lo repitiera— E-ella... ¿es bonita?
Una mezcla de confusión y sorpresa cruzó por el rostro de Taehyung.
— Bueno, yo...— las mejillas comenzaron a encendérsele— ella... creo que ella es...bueno sí, me parece que es bonita.
— ¿Más bonita que yo?
Tenía la mirada perdida en la pared justo detrás de él. Lo escuchó suspirar y sintió su mano acariciándole una mejilla.
— No Jimin, por favor no te pongas así.
Sólo entonces cayó en cuenta de que estaba llorando. Le tomó la mano y la apretó entre las suyas, tratando de sonreír.
— Espero que seas muy feliz. De corazón.
El té que había preparado esa mañana se fue enfriando conforme Taehyung le explicaba que desde un tiempo atrás había comenzado a pasar más tiempo con una chica del pueblo de la que, al parecer, había terminado enamorándose.
Y ahora le decía a Jimin que deseaba pedirle matrimonio y por lo tanto, tendría que poner fin a sus visitas. "Visitas", dijo. Lo suyo no era una relación o un compromiso, eran sólo... visitas.
Y él hablaba tan bien de esa chica, y los ojos le brillaban como jamás había visto, que no tenía la fuerza para privarle de su compañía; él había estado en su lugar alguna vez, también se había enamorado tiempo atrás, y aunque sabía que él merecía una buena vida, le dolía darse cuenta de que no sería a su lado.
De que después de tanto tiempo, él y lo que le había ofrecido hasta entones no le habían resultado suficiente.
— Vente conmigo, Jimin — repentinamente el llanto se detuvo— no quiero que te quedes aquí sola.
— Pero, ¿qué voy a hacer? Ahí seguiré solo y...
— Diremos que eres mi hermano... de otros padres, o algo así. No lo sé, ya pensaré en algo.
— ¿Qué hay de la otra chica?
Hubo un pequeño silencio en el que Taehyung, cabizbajo, pareció recapacitar un momento. Luego respondió:
— Le he hablado de ti. Bueno, no de todos los detalles, si sabes a que me refiero— agregó rascándose la nuca— pero sabe que estás aquí, solo, y está de acuerdo en que no es la mejor forma de vivir.
— ¿Ella sabe lo que soy?— preguntó con dureza en la voz.
— ¿Quieres que lo sepa?— ella negó con lo cabeza— Entonces no se lo diremos. ¿Vienes conmigo?
Se rehusó a estar presente el día de la boda, a pesar de la insistencia del rubio, y le condicionó su traslado al pueblo hasta que él y su esposa estuvieran bien instalados; esto le daba tiempo suficiente para preparar polvos y pócimas que en un futuro pudieran servirle, pues estaba consciente de lo dificilísimo que le sería trabajar en sus cosas una vez que viviera entre tantos mortales.
Una mañana Taehyung llegó en una carreta para subir todas las cosas de Jimin y aun cuando la pequeña cabaña ya estaba vacía, este se rehusaba a dejar el umbral. Tuvo que rodearle la cintura suavemente y obligarlo a caminar hasta el coche, en donde casi a la fuerza lo hizo subir y salió lo más rápido que pudo del lugar, previniendo que el omega se fuera a arrepentir.
— Hanna está ansiosa por conocerte— dijo emocionado, pero al mirar a su lado lo encontró encogido y abrazándose a si mismo— Te va a gustar el lugar, ya verás. Además creo que es bastante seguro para ti.
Él no respondió. En realidad ni siquiera levantó la cabeza y cuando llegaron frente a la acogedora –y no precisamente pequeña-casa, por un momento se rehusó a caminar. Pero una vocecita femenina la sacó de su ensimismamiento.
— ¿Es él? ¿Él es Jimin?— antes de que Taehyung respondiera, Hanna ya se había echado a correr hacia el omega — Oh por dios— susurró— no lo puedo creer, ¿eres... eres la hija de Havey?
Ante la mención de su madre, Jimin alzó la cabeza, desconcertado, y se encontró de frente con una joven pelirroja de tez blanca y con unos ojos aguamarina.
— ¿Conoces a mi madre?
— ¡Sí! Es decir, no, no... bueno... es algo extraño. Yo soy...— parecía un poco incómoda e indecisa— soy tu hermana, Jimin. Oh bueno, media hermana. Mi padre... nuestro padre, él...
— Eres la hija de Glinda — Hanna asintió, sonriendo, pero para su consternación el rubio echó un vistazo furibundo a Taehyung— ¿Con esta me has traído? ¿Con la hija de la puta con la que se marchó mi padre?
— ¡¿Qué?! ¡No! Yo no...
— Lamento por lo que tuvieran que pasar tú y tu madre, Jimin — se apresuró a agregar la pelirroja, tomándole las manos, pero el brujo se zafó de su agarre— pero es injusto que culpes de todo a mi mamá.
— Claro que no, también culpo al imbécil de mi padre.
— Tal vez si tu madre hubiera sido sincera con él y le hubiera explicado.
— ¡Mi madre lo dejó todo por estar a su lado! Él siempre lo supo y jamás le puso ningún pero hasta que apareció tu madre y decidió acostarse con ella.
— Es que no sabía que él era casado — respondió con genuino pesar.
— Y cuando lo supo le hizo escoger entre las dos— la hizo a un lado y caminó hacia la puerta de la casa. Ahí preguntó a Taehyung — Estoy cansado, ¿puedes decirme en dónde me voy a instalar?
— ¡Mi madre jamás intentó hacerles daño Jimin, ella era muy buena!
— Tan buena que la última vez que tú y yo nos vimos fue cuando mi padre llegó a casa a avisarnos que se largaba del pueblo con ustedes y que no lo volviéramos a contactar. Luego le aventó unas cuantas monedas a Havey. No Hanna, tu madre era una arpía, pero a pesar de que convenció a mi padre para que nos abandonara, mi madre jamás tomó venganza contra ella y pidió a los espíritus que los guiara por buen camino; pudo haber hecho que cualquiera de ustedes muriera desangrada luego del más mínimo rasguño y tú sabes que tenía el poder de hacerlo, pero jamás lo intentó siquiera. Mi madre sí que era buena.
Se dio la media vuelta y entró al recinto con las lágrimas escociéndole los ojos, pero rehusándose a permitir que la vieran en ese estado.
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The witcher #kookmin
FantasíaLe parecía ridículo que, siendo él quien era, se encontrara tan fascinado con aquella cosita rechoncha. Estiró una mano y acarició la suave mejilla de su bebito, y se deleitó tratando de contar sus diminutas y rubias pestañas. Sentía las mejillas a...